YO ESTOY!
Hace un par de semanas los Voluntarios de Vamos Uruguay, iniciaron una campaña que llamaron Yo Estoy!
La misma consiste en acompañar los actos y la campaña política de este año con acciones de propuesta y construcción.
La primera que realizaron tuvo una gran repercusión: limpiaron y pintaron una obra de ingeniera de gran belleza como lo es el Puente de las Américas, en el límite Este de Montevideo con Canelones.
Miles de vehículos circulan diariamente por dicho puente, uno de los más bonitos del país, proyectado por el Ingeniero español Julio Martínez Calzón.
Al fin de semana siguiente los voluntarios desarrollaron otras tareas en Montevideo y ya tienen proyectos y solicitudes de todo el país.
En Salto, por ejemplo, en los últimos tiempos repararon y pusieron en condiciones los Destacamentos.
Esta nota distinta, de propuesta y construcción, tuvo sin embargo una nota discordante. A los diez días de limpiado el Puente de las Américas, un grupo radical volvió a pintarlo con consignas favorables al gobierno de Venezuela.
Varios voluntarios me llamaron y me dijeron que lo volverían a limpiar y pintar cuantas veces fuera necesario. Es, para ellos y para nosotros, mucho más que una acción de responsabilidad social.
Es una forma forma de comunicar procederes, valores, y sobre todo una forma de empezar a construir un nuevo Uruguay.
Ese Uruguay del respeto por el otro, de la conversación, de la vida tranquila y en paz. Ese país que hemos venido perdiendo en los últimos tiempos.
No nos damos cuenta que cuando vamos conviviendo con estos ataques a los bienes públicos, de todos, cuando unos pocos se apropian de los muros, puentes, paradas de buses para uso exclusivo de la difusión de sus ideas, estamos perdiendo República, respeto.
Existen estudios sociológicos que concluyen que cuando toleramos las faltas o las violaciones de las normas, otros se animan a violarlas y vamos cayendo en un espiral de violaciones.
Estas conclusiones comenzaron con un estudio que en el año 1969 se realizó en la Universidad de Stanford por Phillip Zimbardo. El mismo realizó el siguiente experimento: dejó dos autos idénticos (misma marca, estado, color, modelo) en una zona pobre y conflictiva (el Bronx en Nueva York) y otro en una zona rica (Palo Alto, California).
El vehículo dejado en el Bronx fue vandalizado a las pocas horas de haber sido dejado en el lugar. El de Palo Alto no.
Después de unos días, el de Palo Alto seguía intacto. Entonces los investigadores le rompieron uno de los vidrios. Enseguida ocurrió el mismo proceso que el del Bronx en Nueva York y el auto fue vandalizado.
Esto llevó a la conclusión de que no todo acto de vandalización puede atribuirse a la pobreza. Sino que ella se vincula con el hecho de que algo se destruya, nadie se preocupe ni pague las consecuencias.
Si se cometen faltas y nadie recrimina o se tolera por todos las violaciones, muchos nos sentiremos proclives a cometerlas. El deterioro irá en aumento.
Si la basura se acumula alrededor de un contenedor y no dentro de él, quienes llegan la arrojaran donde ya se encuentra, no dentro, concluye el estudio.
Años después James Wilson y George Kelling, confirmaron la teoría con un nuevo experimento en el que se rompía la ventana de un edificio. Señalaron que si, por ejemplo, hay un vidrio roto en un edificio, al poco tiempo alguien romperá varios más.
De ahí la importancia del mensaje del Puente de las Américas.
Durante casi 10 días, nadie se animó a volver a ensuciarlo y pintarlo.
Hasta que, quizás motivado por pintadas en otros edificios y puentes públicos, hubo uno que lo hizo.
Pero la reacción de los Voluntarios Yo Estoy! no se hizo esperar.
Es bien lindo ver a jóvenes hoy dando batalla por cuidar un puente, por mantenerlo limpio.
“Lo vamos a limpiar cada vez que lo ensucien” me dijo Diego, rodeado de otros voluntarios.
Está bueno. No sólo están peleando por un mejor país, por una mejor sociedad. Están peleando por valores que hemos ido perdiendo de a poco en los últimos años.
Bienvenidas esas luchas pacíficas por los valores y la vida en sociedad.