Tiempos Mundialistas
Por Andrea Maddalena
Derechos torcidos y torcidos derechos prevalecen en el Uruguay progresista de Mujica.
El Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) tiene como cometido proteger a los menores de 18 años. Anteriormente se denominó Instituto Nacional del Menor (INAME). Tiene en su órbita múltiples funciones; ampara a menores abandonados o huérfanos hasta que puedan ser adoptados o de lo contrario hasta su mayoría de edad, en distintos hogares. Otra función es custodiar a los menores que fueron privados de su libertad por haber cometido delitos.
Con informes lapidarios de ONU, de familiares directos de los propios menores, de funcionarios responsables, el gobierno sigue tapando el sol con un dedo. Y para completar la agenda de derechos humanos, la explotación sexual de menores es noticia en los diarios porque ya no hay excusas. El crecimiento de este flagelo miserable, encarnado y manejado por redes poderosas social y económicamente en nuestro país nos recuerda cuánto hay para hacer; por denunciar y legislar sin postergaciones. Lo que vemos en otros países también pasa en Uruguay, no hay pero ciego que el que no quiere ver.
Uruguay hoy es escenario del delito de la trata de personas y la explotación sexual de menores. Naturalizar situaciones de abuso de los derechos de niños/as es asumir que no ha habido un cambio cultural real y necesario para proteger a los más vulnerables. Se experimenta un evidente debilitamiento de los valores de la sociedad, y por tanto se debilita fuertemente la democracia.
Y para completar los titulares en estos tiempos mundialistas, increíblemente el Presidente Mujica advierte públicamente que, “lo que le afecta a Argentina nos afecta también a nosotros y nos puede hacer mucho daño”, haciendo referencia a los fondos buitres. Y en el 2002 Mujica? no lo escuchamos ni a Ud. ni a nadie de su fuerza política razonar con tanta claridad y honestidad intelectual sobre la dependencia regional de nuestros países.
Recordamos todos a Vázquez promover el default del URUGUAY, lo que significa la quiebra del país, lo pedía a gritos. Afortunadamente nadie con sentido de la responsabilidad de gobernar lo escuchó, gracias Atchugarry por tanta sapiencia y republicanismo.
A pocos años, el Presidente Vázquez, agradeció a Bush personalmente el apoyo que tuvimos del gobierno estadounidense en tiempos de corralito en la Argentina; lo hizo en Anchorena con la presencia de Mujica y demás ministros de su cartera. Aplaudieron el discurso, aunque la barra brava se contuvo de ser brava, en un tiempo lleno de gestualidad y saludos con sombreros ajenos.
Podemos seguir con la Ley de Medios que se quiere aprobar en año electoral, sin considerar las normas electorales que se verán afectadas, generando una potencial inconstitucionalidad de la misma. Muchos titulares para analizar, pero en estos tiempos celestes, en el único lugar que no hay demagogia oficial, es en los goles de Uruguay y en la retórica de una barra brava que crece, siente y grita VAMOS URUGUAY!