Tabaré Vázquez y los republicanos
Por estas horas, el Congreso de Estados Unidos (EE.UU), se apresta a votar el presupuesto y ampliar -por un corto plazo- el techo de deuda de ese país.
Los republicanos condicionaron sus votos, a que el presidente Barack Obama, diera marcha atrás con su programa -popularmente conocido como Obamacare- de asistencia social en salud.
Con esa actitud, sostenida hasta el filo del plazo para caer en cesación de pagos, los legisladores republicanos, expusieron al gobierno, pero por sobre todo, expusieron a su país a quedar en la lista de naciones que no honran sus deudas. Representando lo que EE.UU. representa en el mundo, las repercusiones de tal extremo llevarían a consecuencias inimaginables.
Los uruguayos sabemos lo que significa estar al borde de una cesación de pagos. En la crisis de 2002, la situación fue tan delicada, que nos vimos ante el riesgo cierto de no poder pagar las deudas en tiempo y forma.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), a través del chileno Eduardo Aninat, presionaba para que nuestro país cayera en cesación de pagos, siguiendo el mismo camino que pocos meses antes había recorrido Argentina. El gobierno de Jorge Batlle se mantuvo firme en no quebrar el prestigio internacional del Uruguay, de respetar sus contratos y cumplir con sus obligaciones. Ayuda del gobierno de George Bush mediante, que habilitó un crédito puente, se pudo ir lentamente saliendo de la crisis de deuda.
Para completar la salida, era imperioso renegociar los compromisos con nuestros acreedores. Con el ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, a la cabeza, el equipo económico lideró la estrategia.
La salida no contó con el consenso del sistema político. El principal líder de oposición y elegido presidente en la elección siguiente, Tabaré Vázquez, pidió caer en cesación de pagos. Es decir, pidió que el gobierno abandonara la estrategia del canje y fuera por el camino de no honrar sus compromisos, como exigía el FMI.
Como los republicanos de hoy, Vázquez en esa actitud buscaba debilitar y desprestigiar al gobierno, sin importarle que el daño se lo hiciera a los uruguayos.
Hoy los republicanos están siguiendo sus pasos y poniendo a la principal economía del planeta bajo el mismo riesgo.
Luego Vázquez asumió la presidencia y su política económica, conducida por Danilo Astori -quien ha elogiado una y otra vez la salida uruguaya a la crisis- siguió los lineamientos que el país venía aplicando.
Una vez que dejó la presidencia, el FMI lo fue a buscar a Vázquez para ofrecerle un cargo de asesor. No es para menos, fue el único defensor de sus propuestas de cesación de pagos.
¿Quién lo diría, hace menos de una década?
¿Quién que entendiera algo de política y estuviera en su sano juicio, podría afirmar que Vázquez, como presidente de Uruguay, iba a recibir a George Bush y le haría un asado? ¿Y quién, que los republicanos, 10 años después, siguieran el camino vazquista poniendo al borde del abismo a su país?