Mis palabras en la sesión en que el Frente Amplio aumentó impuestos a los jubilados

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra.

SEÑOR BORDABERRY.- Gracias, señor presidente.

Se acerca la Navidad, por lo que trataremos de imbuirnos de ese espíritu navideño. Es por eso que vamos a empezar por señalar lo bueno de este proyecto de ley.

Pienso que lo bueno es que la bancada oficialista haya aceptado desglosarlo de la Rendición de Cuentas para salvar así la observación de que estaba violando el artículo 216 de la Constitución de la república. Esa apertura, que quizás en otras ocasiones no se ha tenido, y la atención a la obediencia de las normas constitucionales son dignas de destacar. Es bueno que lo hayan hecho.

El segundo aspecto positivo es que, desde el punto de vista exclusivamente del formalismo jurídico, la norma es constitucional. Es una potestad del Poder Legislativo, a iniciativa del Poder Ejecutivo, aumentar las alícuotas de un impuesto, y se está siguiendo el procedimiento correspondiente. Allí no hay nada que podamos objetar.

No podemos decir lo mismo, obviamente, con respecto a la conveniencia de esto. Y es por ese motivo que no vamos a acompañar el proyecto de ley con nuestro voto.

No voy a repetir los argumentos que ya se expresaron anteriormente, tanto por el señor senador Delgado como por el señor senador Mieres, sino que los voy a hacer míos, en especial aquellos que refieren a la falta de deducción en el IASS de algunas cosas que sí se pueden deducir en otros impuestos –solamente se incluye el alquiler– y a la no división en franjas en este ajuste; la injusticia de esto fue claramente señalada por el señor senador Delgado. Y la injusticia es aún mayor si pensamos que se hizo para el IRPF y no se hace para el IASS. Quiere decir que se hace para los trabajadores pero no para los jubilados. Esa es una dicotomía que no terminamos de comprender.

Hay otro aspecto que quiero señalar respecto de esta discusión acerca de si se trata de un ajuste fiscal o no. Se nos dice que no es un ajuste fiscal sino una consolidación fiscal, como si el nombre hiciera a la cosa.

     Voy a citar a Shakespeare en Romeo y Julieta, cuando Julieta –enojada por las peleas entre los Montesco y los Capuleto que no le dejan consumar su amor con Romeo– se queja por los problemas de los nombres y dice: «¿Qué hay en un nombre? Lo que llamamos rosa, por cualquier otro nombre olería igual».

     Y si un ajuste fiscal deja de llamarse ajuste fiscal, seguirá siendo un ajuste fiscal. No tengan dudas. Le guste al ministro y al oficialismo o no les guste, es un ajuste fiscal.

Pero para ir al fondo de esto y terminar con la discusión, la consolidación fiscal –como se le llama– es el peor de los ajustes fiscales. Me tomé el trabajo de ir a buscar de dónde sacaron la expresión «consolidación fiscal», y me encontré con que es la política económica de ajuste empleada por los Gobiernos de los años noventa en América Latina, luego de las crisis de los años ochenta. ¿Quién lo dice? ¡No lo digo yo! Lo dice la Cepal, nada más ni nada menos, en 1998: «La consolidación de ajuste es primer elemento de todo pacto fiscal. La consolidación fiscal ha constituido la pieza central de los planes de estabilización y ajuste llevados a cabo por los Gobiernos de América Latina y el Caribe después de la crisis de los años ochenta». Y no quiero recordar cuáles eran los comentarios que se hacían sobre los planes de ajuste fiscal de aquellos tiempos.

De ahí que uno no entienda cuando el oficialismo y el propio ministro de Economía y Finanzas dicen: «No es un ajuste fiscal el nuestro. Entendemos que es una medida de consolidación fiscal, y el término “consolidación” no es una palabra casual ni gratuita. No queremos vivir de ajuste en ajuste», es decir: queremos consolidar el ajuste fiscal.

     Reitero que me parece que es claro lo que se está haciendo: un ajuste fiscal consolidado, permanente y que no va a terminar. Esto explica que cuando en la rendición de cuentas, desde la oposición se presentó una moción en el sentido de que, cuando mejoren –como dice el oficialismo que van a mejorar– los déficits para bien –es decir, cuando disminuyan– se dejen sin efecto estas medidas, se negaron a votarla. ¿Por qué? Porque hicieron un ajuste fiscal que está consolidado y que no quieren bajar.

     Un ajuste de este tipo nos tocó hacer a nosotros en 2002-2003, sin duda, pero no fue una consolidación fiscal porque en la norma venía expresamente previsto que una vez superada la crisis, recuperada la confianza y la recaudación, luego de que bajara el déficit se dejarían sin efecto las medidas transitorias.

     Lo peor de todo esto es que se nos está diciendo que el ajuste fiscal no es transitorio, sino consolidado: ¡para siempre! Yo no repetiría que esto es una consolidación fiscal, porque me parece que es peor que decir que es un ajuste. Pido disculpas por estas desviaciones terminológicas, pero creo que a veces la manera en que uno habla marca la forma en que uno piensa y es bueno tener precisión en los números.

Este ajuste fiscal consolidado no va a arreglar el problema, por lo cual es coherente que el oficialismo no quiera esperar a que baje el déficit para sacarlo, porque no va a bajar. Las medidas que se tomaron no van a tener efecto sobre el déficit y el año que viene vamos a estar nuevamente hablando de algún otro ajuste fiscal.

     ¿Por qué decimos eso? Porque este ajuste fiscal está marcado por la necesidad de mantener el grado inversor. Ya no se soporta más tanto déficit fiscal y eso iba a afectar nuestro grado inversor. ¡Para eso modifican las alícuotas del tributo! La mayor parte de la recaudación es el cálculo del IRAE, el aumento del IRPF y ahora del IASS. Pero no nos olvidemos de algo: estos dos ajustes no son los principales, ¡¿eh?! Este ajuste de hoy representa USD 25:000.000. ¿Qué es lo principal? Lo principal es lo que están haciendo y volverán a hacer en diciembre con las tarifas públicas. Entre gallos y medianoche, los fuegos artificiales y, mientras descorchamos, viene el fierrazo; no tengan dudas. Están manoteando el dinero de la caja de la UTE, que llegó al fondo de estabilización, o sea que no hay que aportar más y, por tanto, hay que bajarlo de la tarifa. Pero no, le pide  USD 100:000.000 más rentas generales, le piden del fondo USD 20:000.000 para la OSE, tienen que retrasar inversiones.

     No voy a hablar de lo que está haciendo Ancap en este momento. Si hablamos en términos económicos, me animaría a decir que esto no va a dar resultado.

     Se dice que esto es un presupuesto. Entonces, presupone cosas que van a suceder. Está bien, pero uno pediría que los que presuponen por lo menos se aproximen en su «presupuestación» a lo que va a pasar. ¡Y venimos errando mal, desde hace cuatro o cinco años! Si miramos el presupuesto de déficit fiscal de los cinco años del período pasado, temblamos. En el 2012 estaba presupuestado un 0,9 % de déficit fiscal, ¡fue de 2,8 %! –¡no es un punto!–; en el 2014 era del 0,8 %, ¡fue del 3,2 %!; en el 2015 estaba presupuestado el 0,7 %, ¡fue de 3,5 %!. El año pasado habían hecho un cálculo y, en fin, está bien, pero necesitamos un poco más de aproximación porque así no se puede presupuestar nada, ya que cierran por tres veces más. Eso creo yo.

     Además, según la previsión del Gobierno, el ajuste fiscal será: el año que viene de 3,4 %; el año siguiente del 3,3 %; el otro del 2,9 % y el último del 2,5 %. No tengan dudas de que no va a ser así, es decir, se va a tener que corregir. Por suerte, vamos a estar acá, conversando. Uno dice estas cosas para que se acuerden, ¿no? Acuérdense de que esto no va a dar resultado. ¿Por qué no va a dar resultado? Porque si bien van a aumentar los ingresos –sin duda, porque está aumentando la recaudación y los ingresos con impuestos y tarifas–, ¿qué es lo que pasa? Van a afectar el consumo. Eso es lo que va a pasar. Si se saca más dinero –vía impuestos– de los sueldos y de las jubilaciones, y si las tarifas no acompañan, las personas tienen menos dinero, pero tienen que pagar los impuestos, la luz y el agua, ¿qué les falta? Les va a faltar el consumo. Entonces, van  a tener que bajar el consumo. Y al bajar el consumo, ¿qué es lo que baja? La recaudación del IVA. ¿Se acuerdan que íbamos a bajar el IVA? El 22 %. Entonces, sacan por un lado y nos meten en recesión por el otro. Entonces, va a haber menos ingresos por ese lado porque también se va a crecer menos.

     Y no hablamos del problema central que tenemos. Hoy se decía: «¿Y ustedes qué harían?». Lo nombraron presidente al señor senador Mieres. Lo felicito. Qué haría el señor senador Mieres como presidente con su ministro de Economía y Finanzas. No nos deje fuera de la carrera porque todos queremos estar ahí, señor presidente.

     (Hilaridad).

–¿Qué harían? ¡Vamos a decir la verdad! ¿Cuál es el gran tema del gasto y del déficit en el Uruguay? ¡El gasto primario inflexible! No nos hagamos más trampas al solitario: ¡es el gasto primario inflexible! ¿Cuál es el gasto primario inflexible? Los salarios de los funcionarios, pero no lo que percibe cada uno, sino la cantidad que ingresaron a la Administración pública. Con 90.000 funcionarios más entre 2005 y el año pasado se produce un gasto inflexible que ahora no pueden bajar. ¡Repusieron las vacantes y sumaron 90.000! ¡Ese es el gasto inflexible! ¡Eso es lo que tienen que pagar! ¡La fiesta de ingresos que hubo en todo este tiempo! Esa es la realidad.

     Por esas razones, en la rendición de cuentas presentamos un aditivo –que no se votó– en el sentido de frenar el ingreso de funcionarios, lo que implica un ahorro de USD 50:000.000 por año. Si tenemos 90.000 funcionarios más de los que había, cerremos el ingreso, pero no se hizo.

Por último, si quieren alguna otra idea vayan a Ancap, métanse en el negocio del cemento pórtland y de la cal y vean que perdemos USD 40:000.000 por año; ¡USD 40:000.000!  Entre dedicarnos al negocio del cemento y de la cal en Ancap y poner un impuesto a los jubilados, prefiero defender a los jubilados, como corresponde. ¡Ni que hablar que estamos subsidiando la aventura de ALUR en USD 140:000.000 por año! Entre poner impuestos a los trabajadores y a los jubilados y subsidiar la aventura de ALUR, quizá la subsidiaría un poco menos y revisaría la ley que establece los porcentajes de la mezcla, así mezclamos menos y perdemos menos. Son algunas ideas que tiramos al pasar.

Otro tema del que no se habla mucho y que me parece importante es revisar las exoneraciones que se hacen a las inversiones, porque creo que primero hay que pensar en los jubilados y en los trabajadores. Pedí las exoneraciones que se hicieron de acuerdo con la ley de inversiones en los Gobiernos del Frente Amplio y me encontré con una de aproximadamente USD 350:000.000. Dije: ¡La pucha! ¡Con esto arreglamos el ajuste fiscal! La exoneración es de USD 356:632.500. Entonces, fui a ver de quién se trataba y era de Lakler S.A., la regasificadora. Nos están haciendo el barco de la regasificadora y le perdonamos USD 356:000.000.  Bueno, está bien.

     ¿Saben a quién encontré con USD 180:000.000, que también le perdonamos  impuestos, y que no están en la cuenta? A ALUR. O sea que además de todo lo que nos cuesta, le perdonamos USD 180:000.000.

     Después, hay una cantidad de exoneraciones con las que, en principio, estoy de acuerdo –como la energía eólica, alguna inversión como el caso del Hotel Casino Carrasco o algún frigorífico– porque dan trabajo y uno diría que está bien, pero y ¿los shoppings centers? ¿Vamos a hacerles exoneraciones? ¿No tenemos ya suficiente? Es decir, le dimos USD 40:000.000 de exoneración a un shopping center vinculado con una empresa de transporte urbana. ¡USD 40:000.000!  ¡Mirá: los USD 25:000.000 que estamos buscando para no aumentar el impuesto a los jubilados y nos quedan USD 15:000.000 de cambio! ¡Nos quedan USD 15:000.000 de cambio!

     Después dimos USD 20:000.000 a otra empresa que está construyendo otro shopping center con torres de oficinas para arrendar. ¡¿Hay que subsidiar eso?! ¿No deberíamos revisar esto? Si estamos en una etapa de ajuste, ¡USD 30:000.000 para otro shopping center con máquinas de juego! ¡Mirá qué lindo! Es decir, ponemos un impuesto a los jubilados para recaudar USD 25:000.000, pero le sacamos USD 30:000.000 a los que ponen para jugar. ¡Adelante! ¡Lindo país este, che! ¡Impuesto a los jubilados y beneficio a las máquinas de jueguitos!

     Todos aplaudimos la política del señor presidente de la república respecto del tabaco, pero a un fabricante de tabaco le dimos USD 15:000.000 de exoneración. ¡La pucha! Creo que deberíamos revisarlo.

     Acá tengo otro shopping. ¡USD 30:000.000! Deberíamos revisar un poquito eso. Lo digo como idea –porque aquí se pidieron ideas– antes de seguir poniendo impuestos no solo al que trabaja, sino al que trabajó toda su vida, porque no nos parece correcto.

     Por todo lo dicho, no vamos a votar este ajuste fiscal.

     Muchas gracias.

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑOR BORDABERRY.- Voy a tratar de ir a lo positivo nuevamente, porque es muy lindo ver a la bancada del Frente Amplio y en especial al Partido Socialista, señor presidente, defender el instrumento de las exoneraciones al gran capital que invierte. Realmente es positivo ver con qué calor defienden hoy al capitalismo que invierte y genera trabajo. ¡Con qué calor y con qué fuerza se ha hecho eso aquí!

Pero voy a corregir algunos errores. Cuando se dice que es a diez años, en realidad debe analizarse que la ley de inversiones exonera muchas cosas. Una de ellas es el impuesto a la renta de las actividades empresariales, pero también exonera el IVA, que es al momento, y el Impuesto al Patrimonio, que también es al momento. Estamos hablando, más o menos, del 50 %. O sea que al shopping de los amigos y asesores del presidente de la república –que fue beneficiado con USD 40:000.000– ya, de pique, le dieron USD 20:000.000. Y a cuenta de la renta, debe llevar USD 5:000.000 o USD 10:000.000 más. Es decir que ya pagaron este ajuste de los jubilados. Y hablo solo de ese shopping, pero hay más.

     Creo que es muy positivo lo que se anunció en el sentido de que van a revisar esto. Sería bueno, porque evitaríamos poner impuestos a los jubilados para pagar el shopping de los amigos. ¡Para pagar el shopping de los amigos, señor presidente!

SEÑOR BORDABERRY.- No puedo dar interrupciones, señor presidente; es una lástima. ¿Sabe las ganas que tengo de dar interrupciones? Lamentablemente no puedo.

     De pronto hay algún asesor manejando un ómnibus, o vendiéndole un avión al presidente. Fue una lástima que ayer vino el ministro y habló rapidito sobre el avión presidencial, pero nos informó largo rato sobre la equinoterapia. ¡Eso sí que fue muy importante! Me sentí instruido.

     Más allá de eso, se enojaron porque el señor senador Heber, con razón, salió a proteger a la única parte de la sociedad a la que no le han puesto impuestos: los niños. Señaló que le pusieron impuestos a los que trabajan, a los jubilados, y que les quedan los niños. Por eso dijo: «¡A ellos no los toquen!».

     Les voy a dar una idea para que no vayan por los niños. ¿Saben a qué le acaba de poner impuesto el gobierno socialista de Portugal? Miren qué buena idea para recaudar: ¡al sol! Sí, el gobierno socialista de Portugal le acaba de poner impuesto al sol. La casa a la que le da el sol paga 20 % más que aquella que a la que no le da el sol, y la que tiene piscina, 5 %. ¡Viva el socialismo año 2016! ¡Adelante, muchachos, con la marcha!

     Gracias, señor presidente.  

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑOR BORDABERRY.- Señor presidente: celebro el cambio de tono del senador Michelini porque cuando empezó a hablar hoy dijo que la oposición había dicho puro disparate. Yo estaba tentado a decir que no quiero competir en ese terreno con nadie, pues no entro en el terreno de los disparates. Si alguien está preocupado por el monopolio que tienen esas cosas, quédese tranquilo, que no aspiramos a rompérselo.

Creo que no se han comprendido algunas cosas que se han dicho y ello motiva a intentar aclararlas. Es obvio que nosotros nos quejamos del déficit y del despilfarro, y nos dicen que no lo podemos hacer cuando nos negamos a un ajuste. Precisamente, para evitar el ajuste es que nos quejamos del despilfarro. Si no existiera despilfarro no habría necesidad de hacer ajuste, es decir que el argumento es, justamente, el contrario al que se maneja. Se dice que el despilfarro de Ancap no es permanente. En realidad, cuando uno lo analiza ve que hay cosas que llevan 15 años; por ejemplo, el negocio del cemento lleva 15 años dando pérdidas. Entonces, eso que se supone que puede ser anual, luego de 1, 2, 3, 4, 10 o 12 años, pasa a ser permanente. Ahí es donde digo que hay que achicar.

Me alegro de que estén dispuestos a analizar –me llevo eso como algo positivo– el tema de las exoneraciones porque es un error pensar que las inversiones son exclusivamente por la ley de exoneraciones fiscales. El día –esperemos que esté lejano, pero creo que no tanto– que la fe norteamericana suba la tasa de interés, ahí no habrá ley de exoneraciones a las inversiones que lo pare; lamentablemente, eso va a pasar. Ahora parecería que es poco lo que va a hacer el señor Trump y quizás terminemos todos aplaudiéndolo. Esperemos que suba la tasa no más de 0,25 y que con eso no se lleve todas las inversiones de la región.

Con respecto a la discusión sobre el ingreso de los funcionarios, obviamente que estamos dispuestos a darla, y ya la dimos cuando discutimos la ley de rendición de cuentas. En esa instancia presentamos una moción y pedimos discutirlo en ese ámbito, pero se nos dijo que no. Entonces, nos alegramos de que se  diga que están dispuestos a discutir este asunto.

Por último, me quiero referir a lo que quizás sea lo más importante: la educación. Dentro de pocas semanas tendremos los resultados de las pruebas PISA, que son las que realmente están provocando un análisis duro sobre el tema. Estas pruebas nos pondrán de manifiesto que seguimos generando una gran desigualdad, la peor de todas. Los niños que nacen en el 20 % de los hogares con menos recursos tienen una, en diez posibilidades de terminar la educación en Uruguay, mientras que los niños que nacen en el 20 % de los hogares con mayores recursos tienen ocho en diez. Las pruebas dirán esto nuevamente. Me parece que tendremos que encarar eso. Y ya no sirve decir que esto es herencia, porque ya pasaron 12 años y creo que todos somos mayores de edad después de 12 años en el gobierno.

Muchas gracias.