Reglas y Excepciones

Por Pedro Bordaberry
entrevista“Establecemos reglas para los demás y excepciones para nosotros” es una de las máximas que nos legó Francois de La Rochefoucalde.

La recordé esta semana ante las repercusiones que tuvo la columna “Dos Modelos” que publiqué en Cambio el Domingo pasado.

La misma no hacía otra cosa mas que contestar afirmaciones del candidato a la Presidencia, Tabaré Vázquez, y de su partido, el Frente Amplio.

Entre otras cosas nos acusaron de querer restaurar un modelo explotador y excluyente, de querer castigar a los olvidados y proteger a los privilegiados.

Ante ello señalamos las virtudes de nuestra propuesta que apunta a valorizar el trabajo, a rescatar los valores del respeto en la sociedad, la educación, la dimensión humana de la persona como objeto último y superior de toda política.

Es decir los valores que a partir de los objetivos de Justicia Social de José Batlle y Ordoñez queremos lograr para el Uruguay en estos tiempos que nos toca vivir.

También criticamos los resultados del modelo frenteamplista con su legado de retroceso en educación, altos índices delictivos y de inseguridad, política social asistencialista que mantiene en esa situación a miles de uruguayos y sobre todo las desvalorización del trabajo y el respeto.

En forma rápida aparecieron los amanuenses de turno a criticarnos porque, a su juicio, promovemos la división entre los uruguayos y desde la pluma sutil un discurso izquierdofóbico.

Si bien, tímidamente, se criticó también la actitud del Frente Amplio se cargó las tintas contra mi persona.

Como si contestar una acusación tan grave como la de querer restaurar un modelo que explota a la gente fuera algo equivocado.

Deberíamos, según esas sutiles plumas,  seguir tolerando que se nos acuse ¡de querer castigar a los que menos tienen! o ¡buscar beneficiar a los privilegiados!

Quizás no esperaban que contestáramos. Quizás se habían cebado en la tolerancia que hemos tenido a ese discurso que ataca, divide en dos mitades y nos ubica siempre en el lado del mal y a ellos en el del bien.

Ya anunciaba hace tiempo Revel en La Grace de L´Etat de esa necesidad que tienen algunos de buscar un enemigo interior, un enemigo anterior y un enemigo exterior.

Así un día el malo es el Imperio que nos ataca desde fuera, la herencia maldita de los gobiernos anteriores o la oposición interior.

¿Cuántas veces hemos escuchado esto de parte de quienes están en el gobierno? Antes era Estados Unidos, los Yankis, los partidos tradicionales o los que gobernaron en los noventa.

La estrategia no es nueva, atacan, dividen y si alguien se defiende aparece un tercero que juzga la respuesta. No sea cosa que no se les permita seguir con esa caterva de acusaciones y justificaciones.

Es que parecen existir reglas para unos y excepciones para otros.

“En la Justicia, no creo un carajo”. “El pueblo cuando vota no siempre tiene razón y puede desconocerse lo que este decidió”.

“Se toma dos copas y se le va la marca”. “Le pedí ayuda a Estados Unidos por si nos atacaba Argentina”.

Estas son frases de José Mújica y Tabaré Vázquez.

Me pregunto, ¿qué habría sucedido si en lugar de ellos las pronunciaba yo?

Tengo 53 años, nunca me salí de la ley, nunca dudé de la Constitución, creo que el sistema democrático es el mejor que existe.

Pero si llegara a decir cualquiera de esas cosas las reacciones serían durísimas.

Sin embargo si las dicen Mújica o Vázquez no pasa nada.

Es que parece que las reglas las hacemos para los demás y las excepciones para nosotros.