Media Hora Previa sobre Proyecto Educativo de FOEB

SEÑOR BORDABERRY.- Señor presidente: normalmente los sindicatos son noticia –lamentablemente– cuando entran en conflicto por reclamos o planteamientos relacionados con enfrentamientos con los empleadores o, muchas veces, con el propio Gobierno.

Pero hay un sindicato –que, a mi juicio, es uno de los más duros al momento de plantear sus reivindicaciones y lograr beneficios y  reconocimiento de los derechos de sus integrantes– que desde hace un tiempo viene agregando a esa, su legítima forma de trabajar, algo que es muy importante, que llama la atención y es diferente: una visión más global de toda la situación de sus asociados. Me refiero a la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida.

Este sindicato recientemente nos ha vuelto a sorprender con algo que, me parece, es novedoso en el Uruguay –no sé si en otros lugares–: un proyecto de crear centros socioeducativos dirigidos, en  principio, a los hijos de los trabajadores de la bebida, pero también a niños de las escuelas públicas del entorno en donde estarán ubicados esos centros. Esto nos habla de una visión que no solamente es de la capital sino de todo el país, y que procura generar un espacio socioeducativo a «contrahorario» de la escuela pública, no solo como apoyo al conocimiento que allí se recibe sino, además, como ámbito donde se puedan desarrollar al máximo las potencialidades afectivas, cognitivas, artísticas y sociales de cada niño.

Decía José Pedro Varela que la educación es una cuestión de vital importancia para aquellos pueblos que, como el nuestro, han adoptado la forma democrática republicana, y entendemos que este tipo de proyectos es vital porque, siguiendo ejemplos ya conocidos –como el de Los Pinos u otro tipo de institutos, como los liceos públicos de gestión comunitaria Jubilar, Impulso, Providencia o Francisco–, revelan el sentir de entidades de la sociedad civil en cuanto a esa necesidad de hacer un poco más por la educación.

La propuesta, además, está muy bien armada y estudiada respecto al marco pedagógico, la estructura curricular y los ejes curriculares sobre los que se fundamenta: la comunicación, el conocimiento del entorno, la construcción de la ciudadanía, el pensamiento lógico matemático y la expresión artística, complementados también por la alimentación y por aspectos que cada día son más importantes, como la evaluación y el seguimiento.

     Sin lugar a dudas, esto es un acierto –uno más que ha tenido la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida–, no solamente luchando, hablando de los derechos, de su reconocimiento y de sus reivindicaciones, sino yendo más allá, refiriéndose también –como lo ha hecho– a sus obligaciones, y haciendo aportes para quienes la integran y para toda la comunidad. Este es, sin duda, un ejemplo a imitar, a citar y quizás sea el arma más poderosa que puede esgrimir cualquier sindicato o ser humano porque, como decía Nelson Mandela, la educación es el arma más poderosa que puede usarse para cambiar el mundo. ¡Bienvenidos, señora presidenta, los que utilizan esta arma para cambiar el Uruguay y el mundo!

Pido que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada al señor presidente de la república, a la señora ministra de Educación y Cultura, al señor ministro de Trabajo y Seguridad Social y a la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida.

Gracias.