Mis palabras en el Senado: "El cierre del Instituto Tiburcio Cachón."
SEÑOR BORDABERRY.- Señor presidente: Laura Paipó es la primera directora no vidente en la historia de la enseñanza primaria del Uruguay. El año pasado, después de veintiún años de carrera, llegó a ser directora de la Escuela Especial n.º 279, del barrio Curva de Maroñas.
Ella quedó ciega después de haberse recibido de maestra. Se sometió a una serie de tratamientos, y pese a no haber podido recuperar la vista, siguió adelante con su carrera y terminó asumiendo como directora.
Laura Paipó es, además, una atleta que compite en maratón, así como lo es Edgardo Llerena, un reconocido atleta no vidente. ¿Qué tienen en común Laura Paipó y Edgardo Llerena? El instituto al que fueron para rehabilitarse y poder salir adelante con esa capacidad diferente que tienen, como es la de no poder utilizar la visión. El instituto al que fueron –del cual Uruguay tiene que estar orgulloso– es el Centro de Rehabilitación «Tiburcio Cachón». Quien lo visita, realmente se enorgullece de que haya una instalación de ese porte en el Uruguay, con amplias cocinas y despachos distribuidos en una sola planta. Cuando uno lo recorre se encuentra con una baranda en la que cada tanto hay una argolla que indica que enfrente está la puerta por la que pueden ingresar a los distintos despachos para ser atendidos en su rehabilitación.
Tiburcio Cachón fue un legislador de nuestro partido de la quinta sección. Ya lo era cuando no pudo haber elecciones en 1846 en la defensa de Montevideo y, por ende, integró la Asamblea de Notables, designada por Joaquín Suárez, junto a Gabriel Pereira, Miguel Barreiro, Alejandro Chucarro, Juan Zufriategui, Lorenzo Batlle, Manuel Herrera y Obes, entre otras importantes personalidades.
Se ha tomado la decisión de cerrar el Centro de Rehabilitación «Tiburcio Cachón», ubicado en la calle Juan José Quesada –lugar con una excelente comunicación–; se ha decidido que no funcione más allí, pese a que tiene personas ciegas en lista de espera, para trasladarlo a un local sobre Camino Maldonado, a una casa de dos plantas que no tiene el equipamiento adecuado para su fin. ¡Imaginen los señores senadores una casa para no videntes de dos plantas con escalera! ¡Una barbaridad!
A su vez, el Instituto Nacional de Ciegos «General Artigas», que fue cancelado por la Ley n.º 19355, dispone de una cantidad de recursos por una donación modal que se le hizo, que se destina al Mides.
Creemos que debemos preservar el Centro de Rehabilitación «Tiburcio Cachón», por lo que significa como orgullo y por los resultados que ha obtenido, y no debería destinarse a otra finalidad que no sea aquella para la cual ha sido creado, tan exitosamente, en el año 1962. Hacemos votos para que ello no suceda y pedimos, señor presidente, que para que sigan existiendo maestras como Laura Paipó, no se haga efectivo ese cierre.
Solicitamos que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada al Ministerio de Desarrollo Social, a la Presidencia de la República y a las autoridades del Centro de Rehabilitación «Tiburcio Cachón».