Mis palabras en sesión del senado (08/08/2012)

SEÑOR BORDABERRY.- ¿Me permite una interrupción, señora Senadora?

SEÑOR BORDABERRY.- Agradezco al señor Presidente y a la señora Senadora.

En la mañana de hoy, acerca del tema de las clases sociales, hemos escuchado algunas apreciaciones que se usa al voluntariado para ocultar realidades laborales distintas; también hemos escuchado algunas menciones a Batlle y Ordóñez, lo cual mucho nos congratula, como colorados que somos. Pero quiero realizar una pequeña precisión: nosotros no creemos en esa suerte de lucha de clases ni tampoco Batlle y Ordóñez creía en esto.

En el libro “La Ideología de Batlle”, de Antonio Grompone, cuya reedición tuve el honor de presentar en el día de ayer, se citan algunas palabras de Batlle que me permito leer para aclarar bien cuál era su posición. Bajo el título “Asuntos obreros. El verdadero camino”, José Batlle y Ordóñez decía:

“La propaganda del odio no puede conducir a nada bueno. Justo es odiar lo malo; pero no es justo odiar por odiar. Y la lucha de clases, la guerra de clases que se pregona es un plan monstruoso que nunca dará buen resultado.

Ningún hombre de bien puede odiar, si reflexiona un poco, aquello mismo que él desearía ser, y cada proletario, si examina su conciencia, descubrirá, casi siempre, que él quisiera ser burgués, por lo que debería odiarse a sí mismo, en rigor lógico. En cambio ningún burgués querría ser proletario.

El ser burgués no puede, pues, mirarse como un crimen que merezca la pena de muerte o poco menos. De lo contrario, casi todos los hombres, de todas las clases, serían o querrían ser criminales”.

Y más adelante agregaba: “No habría así más ley que la de la arbitrariedad, la injusticia y la fuerza. Con arreglo a la teoría del odio y de la guerra de clases se formaría algo parecido a dos ejércitos: el de los proletarios y el de los burgueses, cada uno con el afán de imponer su violenta voluntad al otro. Y si se tiene en cuenta que casi todos los proletarios querrían pasar a ser burgueses y que ningún burgués aspiraría a ser proletario, no es difícil profetizar a quién al fin correspondería el triunfo”.

Por lo tanto, creo que hablar de clases en estos temas del voluntariado es un error profundo, y más aún plantearlo a partir de la confrontación de clases. El voluntariado no es un fenómeno de una clase; es un fenómeno de solidaridad que está en los seres humanos, en los más de medio millón de uruguayos que hoy ejercen tareas de voluntariado en el país.

Finalmente, quiero hacer una pequeña apreciación. Batlle y Ordóñez no decía que el Estado era el escudo de los débiles. Batlle y Ordóñez decía que el Partido Colorado era el escudo de los débiles. Y yo digo: es el escudo de los débiles aún hoy.

Muchas gracias.

SEÑOR BORDABERRY.- Pido la palabra para contestar una alusión.

SEÑOR BORDABERRY.- Señor Presidente: quiero dejar en claro que lo que hice fue citar exactamente las palabras de Batlle y Ordóñez; no decir que nuestro Partido tiene la exclusividad de ser el escudo de los débiles. Batlle y Ordóñez no decía que el Estado era el escudo de los débiles, sino que el Partido Colorado era el escudo de los débiles. Así lo expresé; no tenemos la exclusividad de eso, como nadie tiene la exclusividad de ser defensor de la ley o de la dignidad arriba y el regocijo abajo. En realidad, nadie la tiene;  todos los Partidos tenemos que ser los defensores de la ley y de la dignidad arriba, y el escudo de los débiles.

Con respecto a lo que manifesté sobre la lucha de los proletarios y los burgueses, tampoco son palabras mías sino que me remití a leer un artículo que está en la Biblioteca del Palacio Legislativo, que se denomina “La Ideología de Batlle”, pero en una edición anterior, difícil de conseguir, que se llama: “Batlle. Sus artículos. El concepto democrático. Estudio Preliminar de Antonio Grompone”. Reitero que está en la Biblioteca bajo el número 324. 22 y contiene la ideología de Batlle y Ordóñez y estos discursos sobre la lucha de clases que él, tal como surge de sus propias palabras, obviamente no aceptaba y decía que no debía aceptarse.

Muchas gracias.