La segunda parte del ascenso
La semana pasada pasó por nuestro país el Presidente de Chile, Sebastián Piñera. Entre las varias cosas sensatas que dejó se encuentra esta reflexión: “son muy pocos los países subdesarrollados que aprovecharon las condiciones económicas favorables para pasar a ser desarrollados. Japón, Singapur y unos pocos más”.
Para el Presidente visitante Uruguay y Chile poseen hoy esa posibilidad dado el ingreso per cápita que poseen. Pero lanzó un alerta: la segunda parte del ascenso, del camino, es la más difícil. “Se los digo como escalador, como alpinista” expresó con la convicción de quien ha escalado muchas montañas.
Hoy tanto Uruguay como Chile nos encontramos frente a esa segunda parte del ascenso.
En nuestro país a partir del año 2003 mantenemos un crecimiento constante de nuestra economía. Los números así lo indican: es el mayor crecimiento económico desde los años cuarenta.
Eso permitió políticas sociales activas, bajar el desempleo y enfrentar la crisis externa del 2008.
Pero al mismo tiempo sufrimos un fuerte retroceso en educación, infraestructura, salud, seguridad.
Hoy tenemos menos alumnos en la enseñanza media que los que teníamos en el año 2003. Solo el 25% culmina la educación media superior. El 30% de los muchachos entre 15 y 21 años no estudia ni trabaja.
La inseguridad, y sobre todo la violencia vinculada a la delincuencia, creció a niveles nunca conocidos antes. La droga, en especial la pasta base, causa estragos en la juventud.
Las quejas sobre el funcionamiento de la salud son diarias y constantes. Todo parece ser, en esta área, a partir de la reacción ante acontecimientos y no previsión.
La infraestructura vial y de comunicaciones no ha acompañado en el mismo nivel el crecimiento de la producción industrial, agropecuaria, logística y de turismo.
Todo esto no son críticas.
Es un diagnóstico que nos golpea los ojos y que nos lleva a preguntarnos ¿qué es lo que nos está sucediendo? ¿cómo es posible que estemos creciendo en términos económicos pero que los servicios que recibimos los ciudadanos sean peores?
Si estamos tan bien en materia económica, gastando más dinero en educación, en salud, en seguridad, ¿cómo es que estamos peor que antes?
La reflexión del Presidente Piñera parece echar luz sobre lo que le pasa a Chile, pero sobre todo lo que nos pasa a los uruguayos: hemos completado sólo la primera parte del ascenso a la montaña. Pero no estamos logrando ascender a la segunda parte, o siquiera lo estamos intentando.
Esa segunda parte implica aprovechar los recursos para mejorar la educación. Para tener una mejor salud. Para no vivir en esta inseguridad constante en que vivimos hoy.
Durante años pensamos que no podíamos mejorar el país porque no teníamos recursos. Hoy que los tenemos debemos mejorar la gestión, medir resultados, fijar planes de estrategia, metas de superación.
Debemos tener en cuenta que, como los alpinistas, nos debemos concentrar en el camino y no sólo soñar con la meta. Es que la montaña puede ser un cúmulo de noticias felices, pero también luctuosas. Prestarle atención al camino y fijar la estrategia para llegar a la meta, son esenciales.
De lo contrario seguiremos estando entre los que se conforman con llegar a la mitad del camino, seguir siendo subdesarrollados y estar a merced de los vaivenes del valor de la moneda y el precio de los commodities.
Mientras otros nos miran desde arriba.