La Cigarra y la Hormiga
Nuestro equipo técnico de Infraestructura nos presentó un informe muy preocupante esta semana.
El mismo refiere a la red vial de nuestro país, su estado y las necesidades que tenemos hoy.
La red vial no es otra cosa que las carreteras y caminos. Algo así como las venas por las que fluye la producción, el trabajo de los uruguayos.
De acuerdo con el mismo necesitamos, sólo para mantener la red vial, 353 millones de dólares por año.
Ello tan sólo para mantenimiento y reinversión.
Lamentablemente, durante los últimos nueve años hemos invertido menos de la tercera parte. En el 2006, 90 millones, en el 2007, 97 millones, en el 2010, 118 millones y en el 2012, 126 millones de dólares.
Por sólo tomar unos años.
Por otro lado la inversión vial se concentró entre el 2005 y el 2009 en la zona metropolitana y se redujo del 2010 en adelante.
Esta falta de inversión suficiente y concentración en la zona metropolitana terminó de consumir la vida remanente de muchas rutas y caminos del País.
Al año 2012 el 50% de la Red Nacional se encontraba en condiciones malas o regulares. Hoy la situación es peor.
En algún momento se dijo que el asunto se iba a solucionar con las Alianzas Público Privadas a partir de los peajes.
Esto no es posible puesto que por peajes se recaudan 57 millones de dólares por año. Si se le restan los 20 millones que cuesta la recaudación se puede concluir que con 37 millones de dólares para una inversión que necesita un mínimo de diez veces más es nada lo que se puede hacer.
Quizás ahí este el motivo por el que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas no pudo concretar ni una sola APP en estos años.
El estudio de nuestro equipo nos indica que el sector de transporte y productivo gasta cerca de 225 millones de dólares demás por culpa de la precaria situación de nuestra red vial.
Cifra que año a año aumenta puesto que el deterioro también lo hace.
Para encarar con eficiencia el requerimiento de inversión y recuperación del patrimonio vial del Uruguay es necesario contar con los recursos derivados de peajes, si, pero también constituir un fideicomiso asignándole recursos provenientes de los impuestos a los combustibles, como el IMESI u otro.
El Estado recauda casi 300 millones de dólares por el IVA al gasoil, por el IMESI al gasoil mas de 400 millones y por peajes 57.
También hay que reconstruir los equipos técnicos del Ministerio de Obras Públicas. En estrategia y dirección donde trabajaban 70 ingenieros en el 2004 hoy lo hace uno.
El resultado de esta falta de inversión y mantenimiento explica lo que se ve cuando uno recorre el país. Rutas que antes estaban en perfecto estado y ahora exhiben peligrosos “huellones”, caminos deteriorados y peligroso estado general.
Hay que cambiar también las prioridades presupuestales.
Hasta no hace muchos los Entes del estado aportaban a rentas generales cifras importantes. Era lógico que lo hicieran puesto que los dueños de ellos, sus accionistas, somos todos los uruguayos.
Pero ahora se concentran en construir estadios o “arenas”, multiplican su pasivo a partir de inversiones no rentables o destinan sus ganancias a proyectos no viables en el Fondes.
A eso se le agregó costosas e innecesarias campañas publicitarias donde entes monopólicos nos cuentan que cumplen cien años o nos hablan de lo que el país quiere en lugar de darnos los recursos para crecer.
Esa fiesta de mala gestión se pagó en falta de inversión en la red vial. Como dije más arriba, las carreteras y caminos son las venas por las que fluye la producción y el trabajo del Uruguay. Como venas que son, si se deterioran o “tapan” corremos el riesgo de una parálisis y se afectará nuestro crecimiento.
Lo hecho, o mejor dicho, lo no hecho durante estos años recuerda la Fábula de la Cigarra y la hormiga de La Fontaine.
Esa cigarra que se pasó holgazaneando durante el verano y que al final del mismo recurre a la hormiga trabajadora para que la ayude en el invierno.
Durante nueve años nos hemos consumido el trabajo y la inversión de muchos años en el Uruguay. Invertimos en el mantenimiento de la red vial la tercera parte de lo que había que invertir.
Como la cigarra el Frente Amplio no trabajó en el mantenimiento de la red vial pese a tener muchos recursos para hacerlo. Ahora que se termina el verano, también como ella pretende recurrir, una vez más, a los que trabajan para atender el fruto de su ineficiencia.
El camino no es ese. El camino es la eficiencia, terminar con el despilfarro y destinar los recursos suficientes para encarar la reconstrucción de nuestra red vial. De no hacerlo estaremos condicionando el crecimiento económico futuro y el trabajo de los orientales.