Fitzgerald

Tiene nombre de Presidente norteamericano.

Nombre de político. Sigue esa rara costumbre oriental de combinar con naturalidad nombres sajones con apellidos de inmigrantes latinos. Como los Walter, los Washington, que tanto nos caracterizan.

Es serio.

Extremadamente serio y meticuloso.

Trabajador. El primero en llegar y el último en irse.

Lo atacaron en los últimos días por cumplir con su trabajo como legislador. El Pueblo uruguayo le paga un salario como tal para que proponga, estudie y apruebe leyes. También para que controle qué es lo que se hace con su dinero, el dinero de los uruguayos.

Por eso ha sido inflexible con los excesos, notorios, de gasto en Antel. ¿Recuerdan los 200 mil dólares en un recital en Atlántida, en el que los cantantes declararon haber percibido 20 mil?

También siguió de cerca los excesos en Ancap, lo que originó el enojo de alguno.

Ahora puso su mira en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas.

No hizo nada malo, ni ninguna aseveración. Sólo solicito conocer las reformas que se hicieron en el Despacho del Ministro, los viajes que ha realizado, los motivos de los mismos y con quien los realizó.

Está cumpliendo con su trabajo, cuidando el dinero de los uruguayos.

Cuidando esos recursos que deben destinarse a más escuelas, liceos, carreteras, caminos, infraestructura, futuro.

Por hacer el pedido de informes lo han cuestionado. ¿No puede un Legislador pedir que se le informe sobre gastos en remodelaciones de despachos y viajes? ¿No debe un legislador hacer esto?

Algunos le cuestionan el celo que tiene en observar los gastos desmedidos e innecesarios. Algunos dicen que son unos pocos miles de dólares lo del despacho, otros miles los de los viajes del Ministro y otros pocos miles los 200 mil del Concierto de Antel en Atlántida.

La arena es un puñadito, me dijo el otro día, pero hay montañas de arena, recordando la canción de Atahualpa Yupanqui que popularizó el gran Jorge Cafrune.

El problema no es si es mucho o poco. El problema es que se gaste bien.

También el ejemplo que se le da a quien trabaja y le sacan de su salario el IRPF. El ejemplo de como se maneja el dinero que nos quitan con el IVA en cada compra.

Pocos conocen, en especial quienes lo critican, de su origen humilde, de su lucha para salir adelante, su esfuerzo y sus logros.

Su seriedad, su meticulosidad, su siempre prolija presencia, invariablemente de saco y corbata, su hablar pausado, con ese aire cuasi académico, ocultan una historia de vida que explica muchas cosas.

Fitzgerald nació en un asentamiento. En una zona de contexto socio cultural crítico como se le dice ahora, de Montevideo, cerca de Camino Cibils y la Ruta 1.

En un lugar donde nunca sobra nada y siempre falta mucho.

Sus padres, se esforzaron, para que pudiera estudiar y salir adelante.

Fue a la Escuela Pública, al Liceo Público, a la Universidad Pública. Obtuvo su título de Licenciado en Ciencias Políticas. Durante todos esos años vivió en el mismo Barrio “Maracaná” que lo vio nacer y crecer.

Lo conocí ahí mismo allá por el 2005.

Cuando él, entonces un joven de 26 años, iniciaba, con esfuerzo, su carrera política.

Edil primero, Diputado hoy.

Quizás esa vida de lucha y trabajo, esos años de esfuerzo estén marcando su trabajo parlamentario de hoy (que no es sólo de contralor porque ha presentado varios proyectos de ley).

Pero que le lleva a indignarse cuando ve que en un cargo público se dispone con liviandad de los dineros de todos los uruguayos.

Sabe que con esos pocos miles por los que lo criticaban ayer o los 200 mil de hace un año, se puede hacer mucho en el el barrio donde nació y creció.

Sabe lo que cuesta ganarlos, y está convencido que estar en un cargo no da privilegios sino muchas obligaciones.

La primera el proceder con austeridad republicana, dar el ejemplo del cuidado del gasto.

Esa austeridad que parece faltar en quienes se construyen despachos paralelos, pagan 10 veces más que lo que le entregan a los artistas o hacen política distribuyendo portland.

Ojalá que en el futuro hayan muchos Fitzgerald en el Uruguay.

Esos que cuidan que el dinero que aportamos como impuestos vayan a la Educación, la Seguridad, los caminos, el trabajo.

Pero además esos que viniendo al mundo en hogares humildes, se esfuerzan, estudian, trabajan, son legisladores y salen adelante.

Aunque los critiquen.