ESA SILLA VACÍA QUE HABLA
Por Pedro Bordaberry
En 1858, dos políticos competían por una banca en el Senado de los Estados Unidos, por el Estado de Illinois.
Uno de ellos, Abraham LIncoln, desafió al otro, Stephen Douglas, a una serie de siete debates que se celebraron en distintos distritos.
Finalizados los debates que se realizaron en la primavera y otoño, en la elección posterior, Douglas ganó la banca en el Senado y Lincoln fue derrotado.
Esos siete debates tuvieron por objeto no propuestas, cifras o hechos, sino valores. En especial los mismos se centraron sobre la esclavitud.
Los adversarios se enfrentaron en forma pública en distintas locaciones de Illinois. Estos siete debates fueron cubiertos por la prensa nacional y seguidos por miles de personas que se trasladaban al lugar en que se llevaban a cabo.
Fueron un hito tan grande que dos años más tarde Lincoln, pese a perder la banca por Illinois, terminaría como Presidente de los Estados Unidos.
Los debates pronto se convirtieron en uno de los elementos centrales de las campañas políticas, puesto que permitían y permiten que los electores, los ciudadanos, antes de emitir su voto se formen opinión sobre las propuestas, ideas y capacidades de los candidatos.
En aquellos años los contrincantes debatían en los parques de las ciudades, teatros o hasta en balcones de hoteles, con tiempo asignado de antemano a cada uno.
Con el advenimiento de nuevos medios de comunicación como la radio y la televisión, los debates se hicieron aún más populares.
Es que el alcance de los mismos no se limitó a quienes los presenciaban en vivo, sino que permitió llegar a miles de ciudadanos.
Existen debates muy recordados como el celebrado entre Richard Nixon y John Fitzgerald Kennedy en Septiembre de 1960 que fue el primero en ser televisado.
Si miramos a nuestro vecino, Brasil, presenciamos hoy, con envidia, debates entre todos los candidatos, incluyendo a la Presidente en funciones, Dilma Roussef.
Lamentablemente, en nuestro país ha sido difícil concretar debates en los últimos tiempos. Algunos candidatos se niegan a hacerlo aduciendo que son espectáculos que nada aportan o que ellos debaten a través de los medios de comunicación que cubren sus actos.
Todos sabemos que esos no son debates.
Los debates son aquellos en los que se confrontan ideas, propuestas o valores, en que uno como Lincoln y Douglas, tiene un tiempo para plantear el tema (o abrir como se le llama) y el otro para contestar. Luego el primero vuelve a tener tiempo para contestar la respuesta y así entre afirmaciones, respuestas, replicas y duplicas, el ciudadano se forma la opinión sobre las propuestas y capacidades de los candidatos.
Mañana Lunes, en el Paraninfo de la Universidad de la República y organizado por el Semanario Voces, tendrá lugar un debate al que fuimos invitados todos los candidatos a la Presidencia de la República.
El tema del mismo es el que los uruguayos, en todos los estudios de opinión, consideramos es el mayor problema que hoy tenemos: la seguridad.
El notorio aumento de las rapiñas y los homicidios en los últimos 9 años, así como el hecho de que se haya planteado una Reforma Constitucional que refiere al tema, pone a la instancia como una de las más importantes de esta campaña electoral.
Hace un año y medio, en el canal de Cable Nuevo Siglo TV y moderado por los periodistas Nelson Fernandez y Romina Andreoli, tuvo lugar un debate sobre el mismo tema. Por un lado concurrieron el actual Ministro del Interior, Eduardo Bonomi y la Senadora por el Frente Amplio Mónica Xavier, defendiendo la actual política de seguridad. Por el otro, en calidad de Senadores de la oposición, concurrimos el Dr. Luis Alberto Lacalle Herrrera y quien firma esta columna.
Fue una excelente oportunidad para confrontar propuestas y acciones que, creo, se recordará por la admisión que hizo el Ministro Bonomi de que “para el primer gobierno del Frente Amplio, el del Dr. Tabaré Vázquez, la seguridad no fue una prioridad“.
Tan contundente confesión marcó el debate de tal forma que aún hoy explica el terrible aumento de la inseguridad que sufrimos.
La instancia de mañana Lunes lamentablemente, según se anuncia, no contará con quien aspira a ser Presidente por el Frente Amplio, el Dr. Vázquez.
Quizás tal ausencia se deba a que no quiera responder esa afirmación que en su momento realizó quien hoy es Ministro del Interior y que integraba, como Ministro de Trabajo, su gabinete ministerial.
Pero, a veces, hay silencios que hablan mas que las palabras.
Porque su silla vacía, si es que persiste en su intención de no concurrir, dirá mucho.
Dirá que no quiere exponer sus ideas frente a la ciudadanía. Gritará que sobre el tema inseguridad prefiere no hablar o dejará a la vista su falta de convicción en este instrumento de transparencia democrática que es el debate.
Ello pese a que se trata de una instancia que le da todas las garantías y más.
Es organizado en la Universidad de la República por un semanario cuyo director no oculta su condición de frenteamplista y que, además, será uno de los moderadores.
¿Puede pedir algo más?
Creemos que no.
Por ello, hasta mañana a las 10 guardo la esperanza que finalmente el Dr. Tabaré Vázquez llegue al Paraninfo y ocupe el lugar que le tienen guardado.
Le haría bien a la campaña y a nuestra Democracia que esa silla no quede vacía.