El principio de la incertidumbre
Daniel Bianchi
El principio de la incertidumbre de Heisenberg -que debe su nombre a Werner Karl Heisenberg (1901-1976), un físico alemán cuya contribución fue fundamental para el desarrollo de la física cuántica- no es uno de los teoremas más conocidos pero, sin embargo, es un enunciado fundamental de aquella disciplina.
Este principio afirma que la presencia y métodos de un observador influyen en el objeto observado, por lo que es imposible determinar con exactitud dos parámetros al mismo tiempo.
El teorema puede ser perfectamente aplicable a la situación que atraviesa el ex intendente de Colonia, Walter Zimmer, porque lejos de que la percepción de cualquier ciudadano respecto a ella sea la única posible, por el contrario es claro que el contexto se ha visto afectado por una profusión de opiniones y análisis que desgranan cada nuevo dato hasta fronteras impensadas.
Hoy, para la mayor parte de los ciudadanos del departamento de Colonia, resulta muy difícil abstraerse de la situación que atraviesa el jerarca, y las opiniones confluyen invariablemente hasta llegar a una especie de catarsis o psicoanálisis colectivo que, de una manera u otra, influye de forma concluyente en la observación.
Por ello, a poco menos de un mes del procesamiento del jerarca, puede percibirse el escenario desde una perspectiva más serena y aséptica, que aquella que se tuvo a horas tan sólo de la decisión judicial que determinó su procesamiento, y el del Director de Hacienda, con prisión.
Mientras en las diversas tiendas políticas prosiguen las cavilaciones, teorías y elucubraciones respecto al tiempo que Zimmer permanecerá recluido en la Unidad Nº 14 de Piedra de los Indios, las expectativas de una pronta excarcelación parecen alejarse, y es ahora en el seno del propio Partido Nacional donde se maneja esa posibilidad.
En efecto, en declaraciones realizadas al matutino montevideano “El País”, el presidente de la Junta Departamental, edil Mauricio Cáceres, señaló que Zimmer “deberá renunciar a su cargo si no logra la excarcelación antes del próximo martes 29, cuando vence la licencia extraordinaria de un mes que le otorgó la Junta Departamental”. Y aún más allá, aseguró que el deliberativo sesionará ese día para definir el sustituto «definitivo» de Zimmer en el cargo.
Según el matutino, el edil nacionalista explicó que “el acuerdo logrado en la Junta Departamental, implicaba otorgarle licencia a Zimmer por única vez, razón por la que en principio estimó que no es probable que se extienda ese plazo a la espera de que el intendente logre la libertad”. Y de tal manera, siempre según el diario capitalino, “si Zimmer logra la excarcelación antes de la sesión del próximo martes, podría retomar al cargo y completar su mandato”.
Las declaraciones de Cáceres sorprendieron. Y por diversas razones.
En efecto, el 29 de marzo, al día siguiente del procesamiento del intendente, la Junta Departamental le otorgó a Zimmer una licencia especial por un lapso de 30 días, convocando para ocupar el cargo en ese período al Director de Descentralización de la comuna, Miguel Asqueta. Esa licencia fue aprobada únicamente con los votos blancos, y rechazada por la oposición, por entender que, desde que la jueza procesó con prisión a Zimmer, el viernes 28, éste cesó en su investidura por imperio de lo establecido en la Constitución (Artículo 80, Numeral 4), que suspende la ciudadanía por “sentencia que imponga pena de destierro, prisión, penitenciaría o inhabilitación para el ejercicio de derechos políticos durante el tiempo de la condena”.
Por tanto, el primer razonamiento es que debe inferirse que el “acuerdo” a que refiere Cáceres debe, forzosamente, haber tenido lugar en la interna del Partido Nacional.
Lo segundo a señalar es que la resolución votada por la Junta para “convocar a cubrir en forma interina el cargo de Intendente Departamental por un plazo de treinta días a contar desde el día de la fecha, al suplente respectivo en el orden establecido (…)”, aunque en principio no lo pareciera, es lo suficientemente ambigua como para dejar abiertas las posibilidades casi a cualquier tipo de iniciativas, tales como votar una nueva licencia por otros 30 días, votarla hasta la excarcelación, etc. Vulnerada una vez la Carta Magna, volver a hacerlo parecería no tener impedimento.
Mientras el tiempo discurre y las alternativas se manejan al libre arbitrio de cada cual -por lo menos en teoría- Zimmer permanece recluido. Pero no sin alguna prerrogativa, tal como realizar permanentes reuniones de carácter político intramuros en la cárcel, como reconocen diariamente sus allegados y tal como, al regreso de su viaje a Colombia, admitió el alcalde de Carmelo, Alejandro Brusco, sin que los participantes de las mismas atraviesen la revisación de rigor a la cual deben someterse todas las visitas que llegan al establecimiento de reclusión.
Que, dicho sea de paso, aunque alguno tal vez irónicamente lo entienda oportuno, dista mucho de ser el lugar adecuado para que los políticos se junten a parlamentar sobre el acontecer departamental.