Dos caminos distintos

Mucho se habla de que existen dos modelos de país, el de quienes están en el gobierno y el de quiénes estamos en la oposición.
Incluso algunos afirman que no existe un modelo alternativo desde la oposición.
A veces resulta difícil diferenciar los modelos o las propuestas.
En especial en algunos campos.
El ejemplo más claro de esto es el económico.
Quiénes somos partidarios de una política económica que ponga el cuidado en los grandes aspectos macroecónomicos, en reducir el déficit fiscal, en el abatimiento de la inflación y las certezas y previsiones en la materia, nos encontramos con que nuestro discurso y propuestas son tomadas por quienes orientan la política económica en la actualidad.
Decimos en la actualidad porque hace cuatro o cinco años cuando realizábamos estas advertencias no nos escuchaban.
Pero, ante la fuerza de un déficit fiscal que crece y crece cada día, el despilfarro de las empresas públicas y una inflación que llegó a superar el 10%, desde el Ministerio de Economía se comenzó a poner estos temas arriba de la mesa y trabajar seriamente en ellos.
Luego de los años de despilfarro y desorden del gobierno del Sr. Mújica el Cr. Astori no tuvo más remedio que aplicar la receta que reclamamos desde el Parlamento durante ese período.
Quizás la diferencia que existe en esta área es en el sistema tributario, donde el Frente Amplio es partidario de los impuestos al Trabajo y a las jubilaciones y nosotros no.
Pero en la gran orientación económica no hay diferencias entre Astori, Alfie, Atchugarry, Bensión, Mosca, De Posadas o Zerbino.
Como tampoco la hay en materia de inserción internacional en lo que pregona hoy Nin Novoa y ayer pregonaban Opertti, Abreu, Ramos, Barrios Tassano y Enrique Iglesias.
Quizás si las diferencias sean más nítidas con lo que hicieron los Almagro o Gargano y lo que hoy proponen desde el grupo del Sr. Mújica, Constanza Moreira o los partidos Socialista y Comunista.
¿Dónde están las diferencias entonces entre lo que hace el Frente Amplio y lo que proponemos desde la oposición?
Se dan principalmente en la Educación, la Seguridad y las Empresas Públicas (aunque, aclaro que no son las únicas).
Pero es en estos campos donde desde los hechos y las propuestas pueden apreciarse las mayores diferencias.
En materia educativa es muy claro que el Frente Amplio se resiste a cambiar y a conducir una real mejora. Ello pese a que, año a año, las pruebas y resultados nos dicen que el camino es equivocado y el deterioro creciente.
En ese sentido hay un proyecto claro y alternativo que no sólo comparten los partidos Colorado, Nacional e Independiente sino hasta varios integrantes del Frente Amplio como los Sres. Mir y Filgueiras.
En el campo de la Seguridad más allá de los esfuerzos comunicativos del Ministro del Interior y su bancada de que todo va mejor, los resultados siguen siendo catastróficos y el retroceso visible.
De todas formas aquí parece haber un cambio desde la ingenua primer política de Tabaré Vázquez y José Díaz en el 2005 a la actual de Bonomi.
Por lo menos hoy se entiende que si bien la represión es la última instancia ante la ocurrencia de un delito, es algo a lo que no se puede renunciar de antemano.
Atrás quedaron los errores que causaron lo que hoy vivimos: suelta de presos acusando de su situación a la propia sociedad, renuncias a ejercer la autoridad, tolerancia de marchas y pedreas a comisarías y comercios por 18 de Julio, y aquella explicación de que si interviene la Policía es peor.
El cambio llega tarde y cuando el delito se ha apoderado de barrios de la zona metropolitana, cárceles en la noche y hasta tribunas en los estadios.
No es que propongamos la represión como solución, sino tener en cuenta que una estrategia en este campo debe integrar la misma junto con la prevención, la disuasión, la eficiencia y una política carcelaria distinta.
Pero si se renuncia de antemano a la represión, no hay estrategia de prevención o disuasión que pueda tener éxito. Precisamente se debe tratar de no llegar nunca a ella, pero si pese a la prevención o la disuasión igualmente un ciudadano roba, rapiña o mata, se debe actuar.
Tan claro como eso.
En estos días encontramos otro campo en el cual tenemos distintas visiones y propuestas el Frente Amplio y la oposición.
El Frente Amplio quiere derogar el delito de Abuso de Funciones.
Un delito que pretende castigar a quiénes desde un cargo público y con abuso causan un perjuicio al Estado o un tercero.
Nosotros estamos en la vereda de enfrente y nuestra propuesta se distingue nítidamente de la del partido de Gobierno.
Entendemos que no sólo no hay que derogarlo sino que hay que aprobar otros delitos como viene reclamando desde hace rato la Junta de Transparencia y Etica Pública.
Por ejemplo se debe aprobar el proyecto de ley que crea el delito de Enriquecimiento Ilícito, el que establece la no prescripción de los delitos de corrupción o el que amplía la figura del arrepentido, y crea las del informante, el agente encubierto y la delación premiada.
Esta es una diferencia grande entre la propuesta oficialista y la nuestra.
Desde el Frente Amplio proponen derogar el delito de Abuso, se resisten a tratar la creación del delito de enriquecimiento ilícito o la no prescripción de la corrupción.
Una diferencia nítida entre dos modelos de país, entre dos propuestas y visiones que es bueno que, desde el campo de los hechos, hoy estemos presenciando todos los orientales.
El Frente Amplio no sólo en contra de endurecer las penas contra los que delinquen desde el Estado sino proponiendo beneficiarlos derogando normas vigentes.
Desde la oposición proponiendo endurecerlas y no derogar normas que protegen los dineros de todos los uruguayos.
Dos caminos distintos.