Discurso de Pedro Bordaberry en Universidad de Columbia
Para quienes venimos desde lejos es un honor enorme pisar estas aulas. Recuerdo que James Woodall en su biografia sobre el Maestro Jorge Luis Borges sintetizaba lo que había sido la sensación que el excepcional escritor universal tuvo al ingresar a las universidades norteamericanas: “comprobé que, los estudiantes estaban más interesados en la materia y aprender que en el examen”.
Como pueden observar de la síntesis de mi biografía mi llegada a la política se produjo hace no mucho tiempo. Antes de eso tuve la fortuna de ser docente universitario y me dediqué a ejercer de forma liberal mi profesión.
Ello me ha permitido tener una visión más amplia, distintas perspectivas, de las decisiones políticas y sus consecuencias. Ese es el objetivo de la charla de hoy: “las decisiones políticas y sus consecuencias sobre las economías de los países del cono sur de la América del Sur (Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay)”.
Como ustedes posiblemente sepan en el año 2002 el Cono Sur, especialmente Argentina y Uruguay, sufrieron una enorme crisis económica. En el caso de Uruguay se trató de la mayor crisis económica de su historia.
En aquel entonces ocupaba la titularidad de tres Ministerios (Industria, Energía y Minería, Turismo y Deporte y Juventud). No es que el Presidente de entonces me tuviera mucha confianza sino que en épocas de crisis, no hay muchos candidatos para ser Ministros¡
En el pico de la crisis se plantearon dos decisiones cruciales. La primera acerca de si decretar el default del país (como lo había hecho Argentina). La segunda, acerca de si aumentar los impuestos al aparato productivo del país (mediante, entre otras cosas, detracciones a las exportaciones) o aumentar la carga tributaria a salarios y jubilaciones.
Ambas decisiones eran muy difíciles.
El FMI (Fondo Monetario Internacional) presionaba fuertemente al país para que declarara el default, no honrara el pago de su deuda y siguiera el camino que había iniciado Argentina unos meses antes. El Uruguay soportaba una enorme corrida bancaria en la que había llegado a devolver a los depositantes casi el 40 % de sus depósitos. Todos sabemos que en una corrida bancaria cuando se exige mas del 15 o 20 % el sistema colapsa.
El entonces Presidente Batlle con un solvente equipo económico y con la ayuda de los EEUU se resistió a no honrar la deuda. Estaba convencido que el camino que transitaba Argentina y que le recomendaba el FMI era equivocado. Resistió y logró que el Uruguay siguiera con su histórica tradición de respeto por los contratos, los derechos y la seguridad jurídica. “Esa es nuestra principal riqueza” repetía.
La segunda decisión que se debía tomar era aún más complicada. Me tocaba integrar los denominados Ministerios productivos y se había entablado dentro del gobierno y del sistema político una fuerte discusión.
La profunda crisis económica era tan grande que no existían recursos suficientes como para atender los servicios básicos del Estado, los salarios y jubilaciones. Pese a que se habían recortado los gastos del estado en un 13 % se corría el riesgo de no poder atender el presupuesto y había que aumentar los ingresos para hacer frente a la baja de la recaudación.
Pero se acercaban elecciones y aumentar la carga tributaria a salarios y jubilaciones tendría un efecto negativo sobre los intereses electorales. Por otro lado el aumentar aún más la carga tributaria al aparato productivo significaría un enlentecimiento o una barrera a la recuperación económica del país.
El entonces presidente Batlle asumió lo que la ética de la responsabilidad le imponía: “haremos lo correcto y Uruguay se recuperará rápidamente, aunque nadie nos vote en las venideras elecciones”.
Como contrapartida en la ley que aprobó el aumento de impuestos se incluyó una norma que establecía que una vez recuperada la actividad y la recaudación se bajarían los impuestos que se subían.
El presidente acertó ambos pronósticos: la economía del Uruguay se recuperó en tiempo record y durante los últimos once años no ha parado de crecer en cifras superiores al resto de la región. Ello permitió antes de los dos años bajar los impuestos que se habían subido.
También acertó en su segundo pronóstico: casi no obtuvimos votos en la siguiente elección, ¡pasando de estar en el gobierno a un magro 9 % ¡.
En un artículo publicado en el diario ABC de España Guy Sorman, el año pasado, afirmaba que la economía es una ciencia muy imperfecta. A diferencia de las ciencias llamadas duras es difícil comprobar los experimentos y eso condena a economistas y analistas a realizar propuestas a menudo contradictorias de las políticas económicas del pasado o contemporáneas.
Sorman destaca que la historia excepcionalmente produce laboratorios que permiten comparar políticas económicas. Pone como ejemplo la coexistencia de las dos Alemanias que permitió comparar las virtudes y los defectos de la economía socialista frente a la economía liberal. También incluye en el ejemplo la separación permanente entre las dos Coreas que pone de manifiesto la eficacia relativa de la economía abierta frente a la economía autárquica.
Otro ejemplo que señala Sorman se da hoy en Latinoamérica, a un lado y otro de los Andes cuando se comparan las políticas de Chile, que crece y la de Argentina que retrocede.
También sobre el este y el oeste latinoamericano. Chile, México, Perú, Colombia y Costa Rica optan por abrirse al mundo mientras Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, pese al alza de las materias primas, ingresan en una autarquía redistribucionista.
Las decisiones políticas adoptadas hace más de veinte años en Chile o la decisión de Uruguay de no ingresar en el default ni gravar con detracciones el sistema productivo tuvieron consecuencias que pueden ser fácilmente comparables con las de Argentina.
Concomitantemente en algunos de esos países se ha hecho especial hincapié en el respeto por las normas en los derechos del inversor en la separación de poderes en la independencia de la justicia y el respeto de los acuerdos internacionales.
Las decisiones políticas claramente nos están mostrando, como pocas veces la historia lo permite, consecuencias económicas distintas.
Sorman citaba aquella frase de Blas Pascal quien hace 400 años reflexionando sobre el relativismo expresaba que lo que parecía verdad aun lado de los Pirineos se percibía como un error del otro. De la misma forma que lo que se expresa en el oeste y en el este latinoamericano parece ser verdad en cada lado. Salvo que hoy los resultados empiezan a mostrar donde está esa verdad.
Plinio Apuleyo, Montaner y Vargas Llosa en un recomendable libro “El Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano” señalan que hay dos tipos de izquierdas en la América Latina de hoy. La carnívora y la vegetariana. Incluyen dentro de la carnívora a la Venezuela de Chavez la Bolivia de Morales, la Argentina de los Kirchner y dentro de la vegetariana al Brasil de Lula, el Chile de Bachellete o el Perú de García. Sin ánimo de enmendarles la plana creo que hay una tercera categoría, la de los veganos, que como Piñera, el propio Humala, Uribe y Santos, hoy Cartes, siguen las reglas de la macroeconomía y la apertura al comercio mundial.
Hoy todos reconocen que las estrellas emergentes en América del Sur son precisamente Colombia, Perú, Chile y Paraguay.
Más que izquierda o derecha, carnívoros o vegetarianos, la gran división hoy es entre populistas y no populistas, entre los que siguen lo que Max Weber definió como la ética de la responsabilidad y ponen por delante el interés general y quienes vuelven, como lamentablemente parecen volver de tanto en tanto algunos en Latinoamérica, a hacer primar el interés electoral propio.
Pese al crecimiento de los precios de los commodities, de las materias primas (fruto de la enorme demanda China entre otros) y del flujo de capitales de inversores a la región (fruto de las bajas tasas de interés en EEUU y Europa) hay países que hoy enfrentan crecientes problemas.
Venezuela, uno de los principales productores de petróleo del mundo tiene la inflación más alta de América Latina, problemas políticos muy graves por todos conocidos. Argentina es el segundo país con mayor inflación, viene soportando una constante pérdida de reservas y su gobierno ha tenido un serio revés en las últimas elecciones celebradas a mitad de periodo.
La economía es una disciplina que tiene reglas de juego muy estrictas. Los países que internalizan las reglas en sus estrategias de desarrollo, normalmente logran mejores desempeños. Los que intentan ir contra la ley de gravedad terminan tarde o temprano enfrentados con Newton.
En un mundo globalizado e interconectado como el actual, las bonanzas y las crisis se trasladan más rápido que nunca de un país a otro. Lo que son crisis para algunos terminan siendo oportunidades para otros.
Cuando la marea baja se ven las rocas, dicen los pescadores en las costas del Uruguay. Hoy cuando EEUU y Europa parecen empezar a exhibir signos de recuperación que alientan una reversión del ingreso de capitales a América del Sur y cuando se modera el extraordinario crecimiento de China empiezan a asomar algunas dificultades. Es en estos momentos cuando podemos observar las consecuencias de las decisiones tomadas más allá del ingreso de capitales y el aumento de las materias primas.
La reversión de la política monetaria expansiva por parte de la Reserva Federal provocará una alta una alta volatilidad de los mercados. Eso tendrá impactos en los países de América del Sur. Las decisiones y previsiones que hayan tomado o no serán cruciales en la nueva realidad.
Algunos países no tomaron las medidas suficientes desde el punto de vista de la estabilidad macroeconómica y las reservas. Otros si bien lo han hecho han aumentado el gasto rígido y pueden verse en problemas. Lo más grave sucederá con aquellas que han dejado pasara esta oportunidad dorada de tener recursos para mejorar la Educación y terminar con la pobreza.
No sólo nos debemos preparar en términos macroeconómicos sino en términos de educación y país.
Si miramos esta diapo, donde se refleja el valor de los commodities en el siglo pasado, veremos que el crecimiento económico en América Latina tuvo mucho que ver con ello. En ese momento el Uruguay hizo una gran inversión en Educación y políticas sociales.
Todos pensamos que el dólar fortalecerá en los tiempos por venir. El tema es como nos impactará esas nueva realidad y si nos hemos perdido oportunidades.
Las decisiones del hoy nos pesarán o ayudarán el mañana y las consecuencias empiezan a aparecer.
Es el momento en que empiezan a aparecer las consecuencias de las decisiones tomadas. Les propongo analizar las de Argentina comparadas con el Uruguay, las de Argentina comparadas con Chile y esbozar algunas de las orientaciones que hoy parece empezar a seguir el Brasil.
Un veterano político del Uruguay, afirmaba que los países de la región nos identificamos con frases que se encuentran en nuestras banderas, escudos o himnos. Asi, Brasil es Orden y Progreso, y en orden un enorme país de 200 millones de habitantes progresa. Chile es “por la razón o la fuerza”. Paraguay es patria o muerte poniendo de relieve ese nacionalismo guaraní. Uruguay es libertad o muerte lo que pone de relieve el liberalismo pero también el individualismo de nosotros los uruguayos. ¿ y Argentina le pregunte ? Argentina, me dijo, al gran pueblo argentino salud. Cuidado. Siento un gran respeto por el pueblo Argentino. Tengo grandes amigos ahí y viajo frecuentemente. Solo comento las decisiones equivocadas que creo su gobierno ha tomado en los últimos tiempos.
Marcos Aguinis en su libro El Atroz Encanto de Ser Argentina, una obra muy recomendable, desmenuza esa idiosincrasia tan particular comparándola con los estadounidenes.
Dice el pensador argentino que …
Para comprender la actual situación política de América del sur es necesario remontarnos a varios siglos atrás. Al tratado de Tordesillas cuando Portugal y España se dividieron el mundo. Como pueden ver en el mapa a Portugal le quedó una parte de la América del Sur (la que hoy ocupa Brasil) mientras que a Castilla (España) le quedó el resto.
Las estrategias para administrar el nuevo mundo de uno y otro fueron distintas. Mientras Portugal mantuvo unido un solo territorio, España creó tres virreinatos dos capitanías generales y la audiencia del Alto Perú. Pero todo el comercio del nuevo mundo con España ingresaba por la capitanía general de Venezuela pasaba por el virreinato de nueva Granada el del Perú, la Audiencia de Charcas y finalmente llegaba al virreinato del rio e la plata.
Las mercaderías que salían seguían el camino inverso. Se pueden imaginar el costo que tenían las mercaderías cuando llegaban al Rio de la Plata luego de venir en buque y lomo de burro y recorrer toda la América del sur y cuáles fueron sus consecuencias: un enorme contrabando y comercio marítimo con los buques que llegaban a las costas y con los dominios del Portugal. Una histórica debilidad del respeto por las normas.
SI colocamos este mapa sobre el mapa actual vemos lo que sucedió cuando en 1810 Bonaparte invadió España cayo el Rey y se iniciaron los procesos independentistas. Los antiguos virreinatos y capitanías se convirtieron en países independientes.
El nuestro, el Uruguay, tuvo la enorme suerte de tener como su máximo héroe a José Artigas. Un americano excepcional que había leído a los padres de la revolución norteamericana y que marcó para siempre a los uruguayos con sus principios de libertad, separación de poderes, respeto por los derechos y el sufragio.
Fue tan grande Artigas que ya en 1814 aprobó la denominada ley de vientres que establecía que todo hijo de esclavos que naciera en la entonces provincia oriental sería libre. Esos mismos principios que llevaron a abolir la esclavitud en el Uruguay en 1842, catorce años antes que Abraham Lincoln lo lograra en los EEUU.
Pero volviendo al tema de la charla enfrentados a la crisis del 2002 Uruguay y Argentina tomaron decisiones distintas.
Uruguay se resistió a ingresar el default, respetó los contratos en todos sus términos incluyendo no cambiar compulsivamente la moneda de los mismos, ni sus términos de plazo.
Uruguay respetó las reglas fiscales, ajustó las cuentas de gobierno reduciendo el gasto publico el 13 %, realizando un aumento de impuestos del casi 2% del PBI y en menos de dos años eliminó toda la sobrecarga impositiva. Uruguay respetó la independencia del Banco Central y llevó en dos años la inflación al 0 % en seis meses y con una tendencia anual del menos del 2%.
Uruguay asumió que los precios debían reflejar la escasez relativa y que las tarifas de los servicios públicos debían alinearse a su costo de largo plazo. Uruguay declaró que tenía un problema de liquidez y no de solvencia y así resolvió el problema de su deuda. Junto con ello realizó una agresiva política de fomento de la inversión haciendo caudal precisamente en el respeto de los contratos, la seguridad jurídica y la independencia del Poder Judicial. Atrajo de esa forma la instalación de plantas de celulosa, le dio un fuerte impulso a la ley de inversiones, bajo los aportes de la construcción, concedió puertos a privados sobre el Río Uruguay, el aeropuerto de Carrasco y ante el fracaso del ALCA firmamos un tratado de libre comercio con México. A su vez se firmaron tratados de protección y promoción recíproca de inversiones con EEUU.
Mientras tanto Argentina eligió el camino del default y aplicando otras medidas poco ortodoxas ha estado en la última década con un riesgo país elevado (hoy su riesgo país es dos veces y media superior al promedio EMBI calculado por J.P. Morgan)
Argentina fijó tarifas eléctricas tan bajas que no hay inversión en generación. Lo que una persona como yo paga por electricidad en Uruguay en Argentina paga 20 dólares.
En Argentina hoy la inflación ronda el 30% ha recibido reprimendas y amenazas del FMI respecto de la manipulación estadística, ha desarrollado una política exterior guiada por el encerramiento, un manejo de precios que liquidaron las inversiones en el sector energético y ha realizado nacionalizaciones como las de YPF además de un manejo discrecional de precios de importación y otras agresiones a sus socios del MERCOSUR. Los mensajes además no han sido claros, en especial en lo que hace a la aplicación del derecho. Recientemente al asumir como representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, uno de los integrantes de ese consejo expreso que “quisiera que los jueces hagan política a través de sus sentencias, mirando al más débil”.
Nosotros creemos que deben aplicar la ley.
Si comparamos el final de las dos crisis, Uruguay 2002 y Argentina 2002 como se ve en esta diapo, veremos las consecuencias económicas de ambas políticas en el GDP. Uruguay rápidamente redujo el riesgo país como puede verse en esta otra diapo. De esa forma logro una significativa reducción de sus necesidades financieras por cinco años , hizo caer la falta de certezas, recupero la confianza de los inversores y consumidores, recupero rápidamente el acceso a los mercados, los depósitos retornaron al sistema bancario y bajó su inflación.
Argentina sigue hoy con una alta inflación y con problemas de acceso a los mercados, perdida de reservas y problemas sin solución.
Pero hagamos como Sorman y comparemos esos dos países separados por la cordillera, Chile y Argentina.
En Chile hay temas que hace mucho tiempo no se discuten mas. Uno de ellos es un modelo de apertura unilateral al mundo, disciplina fiscal y un gobierno eficiente. Aplicando esta política de estado a lo largo de mas de tres décadas hoy muestran un índice de apertura (exportaciones mas importaciones totales sobre PBI del 68%) y un importante lista de acuerdos comerciales. Tiene TLCs con EEUU, Canadá, Méjico, Panamá, China y Corea, acuerdo de libre comercio con Colombia y Perú, acuerdo de asociación económica con la Unión Europea y acuerdo de complementación económica con el MERCOSUR.
Chile también ha privilegiado un conjunto de instituciones y políticas tal que llevan a la estabilidad macroeconómica tales como la independencia plena del Banco Central, una fuerte disciplina fiscal enmarcada en una regla fiscal estructural que acota el crecimiento del gasto público al incremento permanente de los ingresos, adoptó una reforma del estado y políticas sociales eficientes focalizadas en reducir la pobreza y aumentar la igualdad de oportunidades.
Mas allá de cambios de gobiernos, de centro, izquierda o derecha, Chile ha rechazado el concepto de una economía cerrada y estatizada así como experiencias populistas.
En los últimos diez años ha promediado una tasa de crecimiento del orden del 10%.
Superó a Argentina y hoy es el segundo mercado de lujo en la región detrás de Brasil.
A diferencia de Argentina que ha llevado a cabo una política de desarrollo hacia adentro de trabas y desconocimiento de tratados como el del MERCOSUR. A tal extremo se ha llevado ésto que hoy Brasil y Uruguay se están planteando llevar adelante un acuerdo con la Unión Europea sin la Argentina.
Estas decisiones políticas han influido negativamente en el futuro del cono sur de América del Sur, en especial de Argentina. El ex Presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti alguna vez dijo que habían cuatro tipo de países: los desarrollados, los sub desarrollados, Japón y Argentina. Japón por su tamaño debía estar entre los segundos pero con sus políticas y esfuerzos está entre los primeros. Argentina con todos sus recursos y riquezas debiera ser desarrollado pero no lo es.
Estas son, a mi juicio, algunas de las consecuencias económicas que han tenido las decisiones políticas en las economías de los países del cono sur de américa del Sur.
Pese al enorme ingreso de capitales, al aumento de los precios de las materias primas que producen la región, hay quienes han aprovechado los vientos favorables y quienes parecen haber vuelto a caer en errores del pasado.
En teoría, si seguimos a Blas Pascal quizás tengamos que relativizar nuestras afirmaciones.
En tal caso es la realidad que nos permite hoy comparar en un mismo momento histórico la que nos lleva a la conclusión de que el respeto de los derechos, de la seguridad jurídica y de los principios básicos de la macroeconomía siempre es mejor que su negación.
Hoy cuando la marea baja empezamos a ver las rocas y dejar el relativismo acerca de las decisiones atrás.
Por último.
Andrés Velasco, quien fuera Ministro de Finanzas de Chile, nos recordaba en un artículo lo que en reiteradas oportunidades destacaba el reconocido economista Carlos Díaz-Alejandro sobre los países en desarrollo, allá por la década de los 70´.
Solía decir que para éstos, los hoy denominados países emergentes, la combinación de precios altos de sus recursos naturales, bajas tasas de interés en el mundo y abundancia de liquidez internacional, sería el equivalente económico a alcanzar el NIRVANA.
Por entonces, no había un solo economista, que se preciara de ser serio, que creyera posible alcanzar ese tan ansiado estado de gracia.
Pues bien; muchos de nuestros países llegaron al mismo, a lo largo de la última década: mucha liquidez, tasas de interés bajísimas, altos precios de las materias primas y un dólar bajo respecto a las principales monedas del mundo.
Tuvimos pase libre hacia el crecimiento.
Fue una década fantástica; pero estamos saliendo del NIRVANA.
La FED inició el denominado «tapering» de sus programas de Quantitative Easing y puso nuevamente en el radar el aumento de su tasa de interés de referencia, a partir algún momento del año próximo.
Sus efectos se hicieron sentir en el flujo de capitales hacia los países emergentes, en las tasas de interés domésticas al alza , en la depreciación de nuestras monedas, y en consecuencia, sobre el nivel de actividad de nuestras economías.
¿Qué está ocurriendo en el mundo?, ¿nuevamente la inestabilidad se está mudando y retorna a los barrios más pobres?
Hay muchas dudas y pocas certezas. Entre estas últimas, no hay dudas que habrá mucha volatilidad y matyor aversión al riesgo.
La economías emergentes están en el ojo de la tormenta. Hemos convivido mucho tiempo con la volatilidad. Y hemos aprendido los antídotos para afrontarla.
Deberemos avanzar en programas de auténticas reformas y requerimos de más inversiones que suplan el ingreso de capitales a bajo costo.
Aquellos países que sólo crecieron en base a esteroides, pagarán las consecuencias si no se someten a una disciplina distinta.
Está claro que no nos llevamos bien con un dólar más fuerte. En los últimos tiempos, siempre que asisitimos a un fortalecimiento sostenido del dólar , los países emergentes afrontamos serios problemas.Así ocurrió en el período 1978-85. Así también se repitió en el intervalo 1992-2001.
Pero asi como sabemos esto, tambien sabemos que al final del día, siempre se distingue el buen o mal manejo de la política económica, cuando los temores ceden.
Algunos países en la región, han crecido aprovechando el Nirvana del que nos habla Carlos Díaz-Alejandro, pero lo han hecho haciendo una recreación libre de lo peor de las políticas de los 50´, 60´ y 70´: economías cerradas, control de capitales y cepos cambiarios, tipos de cambio múltiples, altos déficits fiscales financiados con emisión monetaria, persecución de los empresarios a quienes se responsabiliza por la inflación, en su afán de obtener ganacias desmesuradas.
Está claro que ya se conoce el final de esta película que ya vimos reiteradamente en varias matinées….de hecho, que se insista con ello es prueba inequívoca de que no existe vida inteligente en estos planetas.
Aquellos países que mantuvieron una política más afecta con el buen funcionamiento de los mercados, ahora tendrán que remar con fuerza, pero es seguro que serán distinguidos y recibirán la recompensa por el esfuerzo realizado.
Muchas gracias por la oportunidad de estar con ustedes esta tarde aquí en Columbia.