Contestándole al Ministro de Defensa Nacional
En la interpelación planteada por el senador Saravia y desarrollada ayer jueves 14 en el Senado, el ministro de Defensa Nacional Sr. Fernández Huidobro hizo alusiones al Partido Colorado que consideré necesario contestar. A continuación, la versión taquigráfica de la contestación.
SEÑOR PASQUET.- Pido la palabra para contestar una alusión.
SEÑOR PASQUET.- Gracias, señor Presidente.
Efectivamente, el señor Ministro de Defensa Nacional hizo claras alusiones políticas al Partido Colorado, que no tenemos por qué pasar por alto y no lo vamos a hacer. Se refirió, de manera directa pero poco clara, a ciertos Tratados o Acuerdos con Estados Unidos, desconocidos para otros partidos políticos –nombró al Partido Nacional– y también para el Parlamento. Obviamente, no sabemos a qué se refiere el señor Ministro de Defensa Nacional cuando dice estas cosas. ¿Alude a libros que fueron publicados, a documentos conocidos?
Como no lo señala con precisión, repito, no sabemos a qué se refiere, pero lo que es obvio es que si es algo que no pasó por el Parlamento, no es un Tratado ni ninguna norma que vincule a la República; habrá sido un entendimiento político entre gobiernos, pero no más que eso.
Ahora, entendimientos políticos con el Gobierno de los Estados Unidos para defender a la República, ciertamente los buscó con afán, sistemáticamente, el Partido Colorado cuando estando a cargo del Gobierno de la República, debió defenderla contra amenazas y presiones que venían de nuestros vecinos. Durante los años cuarenta, la República Oriental del Uruguay fue objeto de presiones y amenazas de la Argentina de Perón y, en reiteradas ocasiones, se temió hasta un ataque armado. En prevención de esos ataques, para defender a la República de eventuales ataques provenientes de la Argentina de Perón, sucesivos Gobiernos uruguayos del Partido Colorado buscaron el entendimiento con los Estados Unidos de América. Tanto las presiones y las amenazas como las gestiones uruguayas ante el Gobierno de los Estados Unidos de América, están perfectamente documentadas en un libro que yo sí voy a citar con precisión. Es el libro de Juan Oddone, “Vecinos en Discordia”, subtitulado “Argentina, Uruguay y la política hemisférica de los Estados Unidos. Selección de Documentos 1945-1955”, ediciones El Galeón, que se encuentra en la Biblioteca del Palacio Legislativo.
Como dije, en este libro está todo perfectamente documentado y se explica por qué los sucesivos Gobiernos de Amézaga, Berreta y Batlle Berres debieron buscar en los Estados Unidos la seguridad de una protección en caso de una agresión militar como la que se temía fundadamente –por distintas razones– de la Argentina de Perón, que en los años cuarenta presionaba y hostigaba sistemáticamente al Uruguay.
Esta actitud del Gobierno del Partido Colorado, de esos años cuarenta, de acudir a los Estados Unidos para protegerse de las presiones de los vecinos, había tenido, como concepto, precedentes doctrinarios que corresponde señalar. El más importante de ellos, por su hondura y jerarquía conceptual, figura en el libro “El Uruguay Internacional”, de Luis Alberto de Herrera, de 1912. El año pasado se cumplió el centenario, por lo que debimos haberlo celebrado; no lo hicimos y me reprocho por ello. Este es un libro muy importante, donde Herrera analizaba lúcidamente la situación internacional del Uruguay. Allí decía que nuestros problemas no venían del norte, de Brasil, sino de Argentina, y hacía referencia a los litigios pendientes en el Río de la Plata, a la famosa doctrina de la costa seca e inclusive a los incidentes que había habido frente a la Isla de Flores. Decía que Uruguay tenía que respaldarse en amigos tan poderosos como lejanos, y señalaba específicamente a los Estados Unidos. Herrera no ignoraba –las señalaba– las actitudes imperialistas de Estados Unidos en la cuenca del Caribe, pero decía con crudo realismo que eso a nosotros no nos afectaba y que la acción imperialista de Estados Unidos no llegaba hasta acá.
Pero además de ese precedente doctrinario de principios del siglo XX, me voy a remitir a algo mucho más cercano. Cuando el Presidente Tabaré Vázquez se sintió amenazado y presionado por Argentina, por el problema con las plantas de celulosa, también acudió a los Estados Unidos de América, cosa que, como todos sabemos y recordamos, él mismo hizo pública. Esas actitudes del doctor Tabaré Vázquez no hacen que nosotros lo condenemos sino que, por el contrario, quizás le reprochemos haberlo dicho en circunstancias inapropiadas, pero no haber tomado la medida que tomó, porque como Presidente era su deber defender al país de lo que consideró una amenaza real y cierta. Nosotros no lo censuramos y seguramente no lo censura tampoco el señor Ministro de Defensa Nacional, que lo va a volver a votar cuando el Dr. Vázquez quiera ser nuevamente Presidente de la República. Así que esto de acudir a los Estados Unidos para defender al Uruguay no es un inconveniente tan grave cuando a la persona que lo hizo se la vuelve a designar para ser candidata a la Presidencia de la República, y todos los frenteamplistas lo van a votar.
De manera que rechazamos estas imputaciones que se nos hacen. Como colorados, estamos orgullosos de haber defendido a la República cuando fue objeto de presiones desde el exterior y cuando fue objeto de ataque armado desde el interior. ¡Tan grave es atentar contra la soberanía de la República, como pretender menoscabar sus instituciones a través de la fuerza armada! ¡En los dos casos defendimos a la República y estamos orgullosos de haberlo hecho!
Muchas gracias.
(Apoyados)