Apresúrate Lentamente Regasificadora
La instalación de una planta regasificadora fue objeto de polémica esta semana por sus posibles consecuencias ambientales y de seguridad.
Vecinos de Montevideo y autoridades se enfrentaron en la audiencia pública que establece el procedimiento para otorgar la autorización.
Previamente, el Director Nacional de Medio Ambiente, un reconocido profesional, denunció que esa repartición recibía presiones “de todos lados”. Aclaró, por si era necesario, que se refería a presiones del propio Gobierno, las empresas y los afectados.
Nuestro equipo técnico nos presentó una propuesta distinta que creo es más sensata.
Desde otro ángulo, otra perspectiva: la de la conveniencia estratégica de instalar la planta regasificadora en ese lugar y no en el futuro Puerto de Aguas Profundas.
Creemos que la ubicación de la planta es un elemento que debe volverse a considerar, en especial a la luz de los costos y el proceso que se ha seguido.
El Puerto de Aguas Profundas es un proyecto de creación de un puerto en la costa de Rocha. Más allá de la ubicación del referido puerto, sobre el que tenemos algunas dudas que no han sido evacuadas, el tema fundamental del mismo es contar con las suficientes cargas como para hacerlo viable.
Un puerto funciona, es viable, cuando – en términos groseros – llegan muchos barcos, cargan y descargan y se genera el movimiento suficiente que haga viable la inversión.
El puerto de Montevideo se encuentra funcionando a pleno, pero el posible puerto de Aguas Profundas no cuenta, por lo menos en el análisis actual, con cargas suficientes como para justificar una inversión del porte que requerirá.
De ahí que el concentrar mayor actividad en el Puerto de Aguas Profundas en lugar de hacerlo en el de Montevideo parece ser una conclusión lógica. Es lo que nuestro equipo técnico nos expresa con sensata visión.
Si a eso le agregamos que para construir la regasificadora en el complejo lugar en el que se la pretende instalar hoy, se deberá construir escolleras por varias centenas de millones de dólares, la conclusión se ve reforzada.
En el Puerto de Aguas Profundas de Rocha, se deberá hacer una inversión de mayor monto por los mismos motivos.
¿No será más sensato concentrar todo allá y sacar provecho de un proyecto único en la costa de Rocha en lugar de hacer dos?
Para hacerlo se debería continuar el Gasoducto que hoy une Montevideo con Buenos Aires, desde nuestra capital hasta el futuro puerto en Rocha.
Eso nos evitará futuros problemas y nos dará una gran oportunidad estratégica.
El Gasoducto debería continuar desde ese puerto de Rocha hasta Brasil.
De esa forma bajaríamos el mayor riesgo que encierra la inversión en la Planta Regasificadora: la dependencia que la misma tiene de la Argentina.
Nos explicamos.
Como el gasoducto solo comunica con Argentina, el excedente de producción (que será muy grande) sólo puede colocarse en el mismo.
Es decir el único comprador del gas que no utilicemos será Argentina. Esta sabrá que sólo a ella se lo podremos vender y por ende estará (una vez más!) en posición negociadora muy fuerte.
La experiencia reciente no es muy alentadora cuando nos encontramos en esa situación y la estrategia debiera ser bajar la dependencia de nuestro país con Argentina. No aumentarla.
Tener la oportunidad de enviar gas a Brasil y colocarlo ahí no sólo nos dará una mejor posición negociadora en el futuro.
Ser los propietarios de un gasoducto que comunique el Sur de Brasil con Buenos Aires nos dará una gran fortaleza negociadora.
Ese gasoducto algún día se construirá y apurar ese momento ahora con la construcción de un Puerto de Aguas Profundas y una Planta Regasificadora, es una gran oportunidad.
A ese puerto se le deberá sumar la Boya petrolera que hoy se encuentra en las inmediaciones del Faro de José Ignacio y que muchas veces no puede operar por el estado del mar.
Si se agregan cargas de una posible tercera planta de celulosa en el Noreste del país, una agresiva apuesta a las cargas del Sur de Brasil y un acuerdo con el Paraguay y Bolivia para que participen, el Puerto de Aguas Profundas puede ser viable.
Sacando la Planta Regasificadora de la compleja ubicación que se ha elegido, no sólo se solucionarían las objeciones de ambientalistas y vecinos.
Se haría viable el mencionado puerto, Uruguay ganaría con la extensión del gasoducto en importancia geo estratégica, reduciendo – además – y no aumentando nuestra dependencia de Argentina.
El proceso de contratación, el otorgamiento de garantías soberanas en violación de la Constitución, las dudas que arroja la falta de ellas por parte de la adjudicataria, aconsejan también replantearse la ubicación de la planta regasificadora.
Algo que el Presidente de la República debería hacer.
Un poco por aquello que decían los monarcas españoles: “Vísteme despacio que tengo prisa” o las palabras del romano Augusto a sus colaboradores: “Apresúrate lentamente”.
Es que el apuro de hoy puede ocasionar los errores del mañana.