Agreguemos 600 millones más en la cuenta de Cristina
Pedro Bordaberry
Siguiendo con esta trilogía de columnas sobre las respuestas del Ministro de Industria y los Directores de Ute, Ancap y Energía al Senado de la República el Miércoles pasado, me quiero detener ahora en la ubicación de la Planta Regasificadora que se instalará en Puntas de Sayago, en el oeste de Montevideo.
Quiero dejar claro que estoy de acuerdo con agregar el Gas Natural Licuado a nuestra matriz energética y tener una planta de este tipo. Tan de acuerdo que incluimos este punto en el Acuerdo Multipartidario de Energía y lo firmamos.
En lo que no estamos de acuerdo es en su ubicación y en malgastar millones de dólares que se podrían destinar a construir escuelas, liceos y hospitales.
En los últimos meses existió una suerte de controversia pública sobre la ubicación de la referida planta.
Desde el Ministerio de Industria y la Dirección de Energía se defendió con calor su ubicación en Puntas de Sayago diciendo que no se había nunca recomendado instalarla en las inmediaciones de la Isla de Flores y que ni siquiera la consultora Foster Wheeler Iberia recomendó hacerlo ahí.
Sin embargo, se negó al Parlamento la entrega de los informes porque, según se decía, eran confidenciales y la Justicia no lo permitía. Solo el Poder Ejecutivo puede tener acceso a él, no el Parlamento, nos contestaron.
Esa particular forma de actuar del Poder Ejecutivo es contraria a elementales principios de transparencia y republicanismo. El Poder Ejecutivo pacta la cláusula de confidencialidad al contratar a la consultora y de esa forma después tiene un argumento para no entregar a los representantes del pueblo, que lo debemos controlar, los informes.
De todas formas logramos hacernos del documento, en el que contra lo que dijo el Ministro de Industria, sí consta que se recomendó no instalar la Planta donde finalmente decidió instalarla el Gobierno (Puntas de Sayago, Montevideo).
Pero además el propio Director Nacional de Energía en el año 2010, en el Parlamento, afirmó justamente que no había que instalarlo en Puntas de Sayago citando para ellos las conclusiones de ese informe de Foster Wheeler Iberia. Sus palabras fueron: “se descarta Puntas de Sayago y la mejor ubicación es en las cercanías de la Isla de Flores”.
¿Como se explica ese cambio de posición? La primer respuesta fue que ello se debía a que no existían empresas interesadas en hacerlo en las cercanías de la Isla de Flores.
Esto es raro porque en el Parlamento el propio Director de Energía expresó que “existían cuatro empresas que podían suministrarlo en las cercanías de Isla de Flores”. Raro también porque existen varias plantas de este tipo en el mundo, la última en el Mar Tirreno, frente a la Toscana italiana.
Lo malo es que el aumento del costo entre tenerla en las inmediaciones de la Isla de Flores y Puntas de Sayago es algo así como 600 millones de dólares. 600 millones más que pagaremos los uruguayos por ese cambió de ubicación. 600 que podríamos destinar a escuelas, liceos, hospitales.
Se nos dice que si se hace en Puntas de Sayago quedará para el país una escollera que cuesta 500 millones de dólares. Contestamos que entonces sería mejor hacerlo en el Puerto de Aguas Profundas que tiene previsto construir escolleras y no hacerlas dos veces. Se nos contestó que había que hacer entonces un gasoducto hasta Rocha y costaba 400 millones.
Averiguamos el costo con empresas que se dedican a eso: es la cuarta parte o sea 100 o 120 millones. Seguimos ahorrando 300 o 400 millones. Que podríamos destinar a escuelas u hospitales.
Luego de estudiar con nuestro equipo llegamos a la razón por la que pagaremos 600 millones de dólares demás.
El verdadero motivo que tiene el gobierno para construir en Puntas de Sayago hace a la relación con la República Argentina.
De acuerdo con el artículo 17 del Tratado del Río de la Plata, para instalar la Planta Regasificadora flotante en las inmediaciones de la Isla de Flores como estaba previsto, debíamos comunicarlo a la Comisión Administradora (que integra Argentina), que podía pedir mas información y poner en funcionamiento plazos muy largos de aprobación.
Cuando se decidió que la Planta Regasificadora se instalara en las cercanías de Isla de Flores, eso no era un problema porque Argentina era socia a través de Enarsa. Pero luego de dilaciones durante dos años, nuestro gobierno decidió seguir adelante sin el país vecino.
Al hacer esto se dio cuenta que debía pasar por la Comisión Administradora y de esa forma dependía (como con UPM, Martín García, o Nueva Palmira) de Argentina y decidió mudarlo a Puntas de Sayago.
Las malas relaciones con el gobierno argentino y la incertidumbre que ello generaría lo llevaron a tomar esa decisión.
En la lista de costos que nos ha originado el gobierno de la Sra. Kirchner debemos agregar ahora 600 millones de dólares más.
Tenemos que hacer las cosas mejor.
