Entrevista a Pedro Bordaberry, candidato por Vamos Uruguay
La República
Dice que Astori ya “no es garantía” de aplomo económico y que está desacreditado en el mismo Frente Amplio. Deja traslucir quién será su ministro de Economía. Aspira a que su apellido ya no sea un peso sobre sus hombros. Y aún no sabe dónde vivirá si llega a ser presidente. Lo que sigue es Pedro. Bordaberry.
Supongamos que a usted nadie lo conoce y necesita presentarse. Además de decir su nombre y apellido ¿cuál de las siguientes definiciones elegiría: colorado, liberal, riverista, derechista, demócrata o batllista?
Uf, ¡estoy en muchas de ellas! Quizá la que engloba a todas es “colorado”. En nuestra carta orgánica se dice que es la colectividad política fundada por Fructuoso Rivera inspirada en lo principios de la ética de la responsabilidad, asentada en los principios defendidos en la
defensa de Montevideo que son: liberal y republicano, y en los principios de justicia social de Batlle y Ordóñez. O sea, que no es uno ni otro.
Ya no está más aquella discusión de “batllista” o “riverista”. Lo discutimos y lo reafirmamos hace dos años en nuestro congreso ideológico. Y uno no puede ser colorado si no es demócrata. Ahora, sáqueme eso de “derechista”.
Eso lo incluí porque hace unos días Astori dijo que la propuesta de bajar la edad de imputabilidad era lo más de derecha y reaccionario que había escuchado y como usted es la figura que más defiende esa propuesta…
Sí, puede ser. Pero en realidad es por la defensa de la vida. ¡Otra vez!, yo creo que Astori, como tiene unos problemas internos enormes y ha quedado muy golpeado con lo de Pluna y con lo de los casinos municipales, tiene que agitar el cuco, el fantasma de la derecha. Fíjese que ayer nomás salió a cuestionar al ministro Kreimerman con el tema de los aumentos de salarios y ¡pum!, el gobierno sale y confirma esos aumentos y lo pasan de nuevo por arriba. Criticó al ministro y Mujica sale y dice, “tranquilo Kreimerman, volvé que vamos a hacer lo que dijiste”.
Es una lástima que haya perdido terreno en lo económico porque sus ideas en esas áreas son iguales a las nuestras.
¿Cómo?
¡Sí! Son las mismas que las de Isaac Alfie. Salvo lo que tiene que ver con ponerle más impuestos y designar cargos de particular confianza, el resto es idéntico.
¿Usted está diciendo que la raíz económica de Astori se nutre de los conceptos básicos del partido Colorado?
¡Sí!, lo dijo el mismo Astori cuando presentó un libro con Alejandro Atchugarry. Siguió esa política y no hizo un giro a la izquierda. ¿Quién pide un cambio hoy en la política? Nosotros no. Nosotros decimos: ´che, cuiden el déficit fiscal, la inflación, che, ojo con los cargos públicos, aumenten el gasto rígido que es un problema´; pero los que piden cambios están adentro del Frente Amplio. Ya nadie discute esto en el mundo y lo bueno es que Astori se ha dado cuenta. Astori no tiene que pelearse con nosotros sino animarse a pelear en la interna del Frente.
Lo que pasa es que Astori ya no es garantía de lo que parecía ser hace unos años en materia de economía, porque lo han pasado por encima varias veces en el mismo Frente Amplio.
Cuando este trabajo vea la luz pública ya será demasiado tarde para lágrimas porque en horas se impondrá la veda electoral ¿Qué balance hace de esta primera etapa de la campaña electoral?
Hemos logrado hablar de los temas necesarios para el país como educación, seguridad, economía. He recorrido el país. Los precandidatos colorados fuimos los únicos que hicimos un debate público (N.de R: programa “No toquen Nada” en Oceáno FM). Creo que hicimos una campaña adecuada, tanto para afuera como para la interna del partido. Lo que se viene con vistas a octubre es muy distinto.
Usted dijo recién en una entrevista partidaria que no ve con malos ojos que gente del Frente Amplio o de los partidos Nacional e Independiente integren su gabinete. De estos dos últimos gobiernos de izquierda ¿a quién podría convocar?
No. Me niego a anticipar nombramientos de ministros porque eso puede ser interpretado como una picardía política al referirme a alguien de otro partido. Si nombro a alguien del Frente, van a decir que lo estoy hundiendo. Se han hecho cosas bien en estos gobiernos, como por ejemplo el plan Ceibal. Lo que ha hecho (Miguel) Brechner ha sido muy bueno y así lo he observado. Hay gente valiosa pero hay áreas en las que discrepo como la educación o seguridad pública.
No me parece que (Jorge) Brovetto o (Ricardo) Ehrlich, (Eduardo) Bonomi o (Daisy) Tourné o en el caso de (Luis) Almagro, no creo que sea el canciller ideal, aunque hay profesionales en la Cancillería afines al Frente Amplio que son excelentes profesionales. Hay que llamar a los mejores, sin dudas.
Usted ya lo hizo con Tabaré Vázquez y con Jorge Larrañaga. ¿Con quién no se fundiría en un abrazo?
Me abrazaría con todos. En el Uruguay tenemos algo que si bien no es único en el mundo, sí es difícil de encontrar y es que todos nos podemos sentar en torno a una mesa a conversar. Eso lo tenemos que preservar. Más allá de abrazarnos, que es en definitiva un saludo, creo que en este país tenemos la suerte de que cuando vemos que el Uruguay está primero, los políticos estamos todos juntos. Cuando Mujica asumió y fue al hotel Conrad a exponer ante 1.500 inversores, ahí estábamos todos los partidos. Esa es la actitud que todos debemos tener. En la política no hay enemigos, sino adversarios.
Bueno, el presidente Mujica en sus primeros viajes al exterior iba acompañado de dirigentes de otros partidos.
Nosotros, de llegar al gobierno, vamos a mantener eso. Cuando Germán Coutinho asumió la intendencia de Salto dijo que iba a convocar a los mejores de todos los partidos que quisieran ayudar a hacer un buen gobierno, y el director de obras es del Partido Nacional y en la dirección de cultura había gente del Frente Amplio a pesar de que dijeron que no iban a participar. No cometemos la soberbia de decir que los únicos buenos son los nuestros.
Macroeconomía
La pregunta que sigue ya la respondió en cuanto medio estuvo pero me gustaría avanzar un poco más. El vicepresidente Danilo Astori dijo que en esta campaña no se habló de economía y que los partidos tradicionales no tienen propuestas ni equipo económico. Como respuesta a esto, usted mencionó una larga galería de técnicos y economistas que lo asesoran.
¿Allí estará su eventual ministro de Economía?
Está Isaac Alfie, Max Sapolisnky, Carlos Esténeri…
Tres economistas que fueron clave para emerger de la crisis del año 2002.
Claro, y también está Gustavo Michelín que ha sido el artífice de lo que hoy vive el Banco República. Pero también hay otros más como Luis Mosca, Gustavo Zerbino…
¿De allí saldrá su ministro de Economía?
Supongo que sí. Además ese cargo es el único que me reservo porque yo seré el responsable de la economía del país en el orden macroeconómico.
Acuerdos interpartidarios
¿Cuál sería la prioridad en un gobierno presidido por usted?
A partir del 1° de diciembre será la educación, porque no podemos darnos el lujo de esperar hasta marzo por este tema.
¿Y por dónde pasarían esas pautas en materia de educación que deberán implementarse en marzo?, porque en diciembre aún hay otro gobierno.
Debemos buscar acuerdos interpartidarios.
Usted intentó en diciembre pasado algo parecido y no le fue bien para sus intereses.
Sin embargo, a mi planteo me respondieron Vázquez y Larrañaga. Me dijeron ´sí, estamos de acuerdo´. Está escrito eso y no es poca cosa.
Hay que hacer profundas reformas en varios niveles y, en primer lugar, en la educación media; terminar con el asignaturismo y pasar a la Enseñanza por área de conocimiento; más tecnológica y no tan humanística para retener los alumnos en el sistema. Rescatar el éxito que hoy tiene la UTU.
Tener un único ciclo inicial desde los tres y hasta los 14 años para evitar el problema de deserción que hay en el primer año de liceo. En eso, estamos de acuerdo todos los partidos. Profundizar los centros regionales de profesores que han sido un éxito, la capacitación, las escuelas de tiempo completo, más descentralización.
“La gente ya me conoce por lo que soy”
Reflexióneme sobre esto que dijo Julio María Sanguinetti hace dos años: “Pedro era una incógnita y desgraciadamente creo que pesaba mucho su apellido. Pero los temores se han ido diluyendo con el tiempo”.
Todos nos hacemos preconceptos sobre alguien. Yo le agradezco a Sanguinetti esas palabras, una persona en la que encontré gestos de grandeza muy importantes y de ayuda desinteresada a todos. ¡Hablamos de alguien que fue presidente dos veces, columnista de importantes diarios y expositor mundial! La otra vez apareció por la noche en un acto en San Ramón a apoyar a unos muchachos, ¡con este frío! Es alguien con el que estoy muy agradecido, sin dudas.
El peso de su apellido, decía Sanguinetti. ¿Usted cree que eso ha quedado superado?
Es la gente la que debe decir eso pero a esta altura de mi vida en la que fui ministro en tres carteras, fui candidato a la intendencia de Montevideo, fundé un sector político y fui candidato a presidente y obtuve el 72% de los votos, fui secretario general de mi partido, soy senador y ahora quiero ser de nuevo candidato a presidente…me parece que la gente ya me conoce por lo que soy, ¿no?
La enseñanza de San Mateo
El presidente Mujica, con su forma de ver la vida con ese cristal tan particular, ha generado antecedentes en la gestión presidencial como evitar los lujos y prebendas del cargo y de donar parte de su salario. En caso de llegar usted al gobierno ¿vivirá en la residencia de Suárez y Reyes, por ejemplo?
Mujica ha trasladado todo lo bueno y todo lo malo de su forma de ser al gobierno. Lo bueno que tiene es eso de los valores y de ayudar, pero también llevó el desorden al gobierno.
Yo también ayudo personalmente pero ahí sigo las enseñanzas de San Mateo cuando decía que ´tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha cuando estás ayudando al prójimo´. Yo no ayudo para que se enteren otros sino porque me parece que debe ser así. Aplaudo la parte personal de Mujica pero cuestiono la poca efectividad en las acciones del gobierno.
¿Y dónde vivirá como presidente?
No tengo claro dónde viviré si llego a la presidencia. Mi casa me parece incompatible para un presidente. Es una casa en propiedad horizontal y no tiene espacios para guardias y todo lo demás, pero habrá que analizarlo llegado el momento.
Creo que hay que rescatar la institucionalidad presidencial. Está bueno que haya austeridad y republicanismo, pero no que se renuncie a la institucionalidad que es, por ejemplo, que se conmemoren las fechas patrias y que se reconozca la presidencia de la República. Cuando yo era ministro no usaba el auto oficial sino mi propio auto. Me pagaba incluso la nafta. Eso no lo supo nadie y creo que está bien que haya sido así. Creo que la cosa va por ahí.